Historia de los medicamentos: el alcohol
El alcohol es la droga más antigua de mayor consumo del mundo. Si bien su descubrimiento ocurrió de manera casual en tiempos muy remotos, el primer dato relevante de la fabricación de la cerveza se remonta 12 000 años. La Biblia contiene numerosas referencias al vino, como los primeros viñedos plantados por Noé en el monte Ararat, en el este de Turquía.
Las uvas, la miel y otros productos silvestres contienen azúcares en forma de glucosa. Cuando la glucosa se expone al agua y a la levadura, se inició el proceso de fermentación. Si el nivel de alcohol alcanza el 15 %, el hongo muere y la fermentación se detiene. Para producir bebidas con un mayor contenido alcohólico en necesario recurrir a la destilación. Este proceso fue desarrollado por los alquimistas árabes medievales durante los siglos VIII y IX. Tres siglos más tarde, los europeo comenzaron a destilar las plantas que tenía a su alcance y a obtener licores (coñac, whisky, ron, ginebra y vodka) con concentraciones de alcohol del 40-55 %.
Del pasado el alcohol se utilizado de forma muy extensa y variada, por ejemplo, como analgésico en intervenciones quirúrgicas, antiséptico cutáneo, digestivo y tónico estimulante en casos de desvanecimiento. Aunque su interés médico se disipó hace varias décadas, sigue vigente en ceremonias religiosas y como fuente de nutrientes y calorías. La creencia popular cree que su efecto es estimulante, por el contrario, es un neurodepresor.
La Biblia y los antigua escritos griegos y romanos contiene ejemplos de los efectos del alcohol las personas que lo consumían. En la sustancia más consumida y la tercera causa de muerte evitable en el mundo.
La presentada en su licor compuesto por flores de hinojo, anís (sabor característico), hojas de ajenjo (Artemisia absinthum) y una base de 50-75 % de alcohol. Un componente principal de la absenta es la tuyona una de las hojas de ajenjo. La bebida cuyo color verde característico se debe a la clorofila de las plantas, se prepara vertiendo agua fría sobre un terrón de azúcar y un vaso con el licor.
Los supuestos efectos de la absenta, se creía que dotaba de mayor claridad mental y creatividad a los que la tomaban, cuando en realidad producía locura y alucinaciones, ha sido objeto de polémica y debates continuos. La alteración del comportamiento podría estar relacionado con su alto contenido alcohólico: la presente contiene un 70 % de alcohol, mientras que las ginebras, vodkas y whisky suelen contener entre un 4o y un 50 %. Durante un tiempo fue mitificada en las obras del artista y escritores residente en Francia que la consumían habitualmente. Algunos de ellos fueron Van Gogh, Manet, Toulouse-Lautrec, Picasso, Hemingway, Rimbeaud y Oscar Wilde.
A comienzos del siglo XX, la absenta perdió su halo místico y su gestión fue vinculada con actos violentos y de desorden social. Esto llevó a la prohibición de su producción en gran parte de Europa, excepto Reino Unido, y en Estados Unidos. La década de 1990, el potente licor fue devuelto a los estantes tras una minuciosa reevaluación de sus riesgos.
Una de las recomendaciones que podemos escuchar hoy en día y que no es tan saludable como se puede creer es la frase: «un poquito de alcohol no es malo, es incluso sano». Es un consejo irresponsable que, eventualmente, incita al consumo de alcohol, pensando en que puede llegar a ser bueno. El consejo en este caso debería ser «Nada de alcohol antes de los 45 años, y un pequeño vaso de vino el día a partir de los 45-50 años». Lo que quiere decir en román paladinoExpresión fácilmente comprensible y sin florituras. Fundéu que cuanto menos alcohol se ingiera mucho mejor. Derecho en la OMS ha decidido que el término «moderado» es demasiado ambiguo y no se debería utilizar, al menos cuando se utiliza el término «consumo moderado».
Es cierto que algunos estudios han demostrado que un consumo de menos de 30 gramos de alcohol al día disminuye la mortalidad y aumentan los niveles de colesterol bueno HDL en personas mayores de 70 años con factores de riesgo cardiovascular (entiéndase hipertensión). Mucha gente cree que una copita de alcohol los fines de semana, sobre todo la gente joven, no podía ser malo. Algunos hospitales han realizado ecografías a jóvenes que llegaban con una copita de más y se ha demostrado fehacientemente que la degeneración del hígado debido a «ese poquito de alcohol». Además, el alcohol aumenta el riesgo de cáncer de mama de forma lineal, lo que quiere indicar que la mayor consumo mayor riesgo. Por eso sí bebés, debes consultar a tu médico de que forman que afecta a nivel particular, nunca se puede generalizar. Además mucho mejor si la bebida alcohólica es vino, un vaso pequeño al día, ya que se ha publicado que, además de buenos para el aparato de cardiovascular, los polifenolesSustancias que se encuentran en los alimentos y que tienen acción antioxidante. del vino en dosis pequeñas, podrían prevenir enfermedades hepáticas, del hígado.
Hay ciertas razones saludables muy bien argumentadas. Aquí van algunas de ellas:
- Es bueno para el corazón: un estudio de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, determinó que aquellas personas que consumen vino a diario en dosis moderadas (la OMS rechina dientes) tienen un 30% menos de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco.
- Ayuda a hacer amigos: una copa de vino relaja, suelta la lengua, dejaa un lado la timidez… lo que puede hacer una cena mucho más divertida.
- Retrasa el envejecimiento: debido a sus propiedades vasodilatadoras y antioxidantes nos ayuda a retrasar el proceso del envejecimiento.
- Rico en minerales: litio (equilibrando el sistema nervioso), magnesio (reduce el estrés), zinc (mejora las defensas inmunitarias), potasio y calcio (equilibrio iónico y eléctrico) son algunos de los que aporta.
- Ayuda a bajar el colesterol: según algunos estudios, una copa de vino tinto al día (que no el blanco cuya eficacia es menor), disminuye la concentración de placas aterogénicas en las arterias y aumenta los niveles de HDL o colesterol bueno, lo que mejora la salud cardiovascular.
- Bueno para los huesos: un estudio de la Universidad de Tufts en Boston (EE.UU.) con más de 2 400 participantes, demostró que las mujeres que beben vino tienen menos posibilidades de perder masa ósea que las mujeres que no beben. Nunca se especifica una cifra aproximada.
- Antibacteriano: un estudio llevado a cabo por el experto Martin E. Weisse de la West Virginia University (EE.UU.) demostró que el vino tiene la capacidad de reducir las bacterias de los alimentos, protegiendo así al cuerpo humano. Tanto el vino tinto como el blanco pueden destruir las bacterias presentes en los alimentos, causantes de desórdenes digestivos, de un modo mejor a como lo hacen ciertos ingredientes presentes en algunas prescripciones antidiarreicas. Concretamente usaron un vino tinto portugués y un blanco californiano y ambos fueron muy activos contra E. coli, salmonelas tb y shigellas.
- Antidepresivo: un experimento llevado a cabo en varias universidades que se realizó con 2 683 hombres y 2 822 mujeres de entre 55 y 80 años durante un período de siete años demostró que, en ambos sexos, si bebían entre 6 o 7 vasos de vino por semana eran menos propensos a ser diagnosticados de depresión incluso teniendo en cuenta los factores de estilo de vida.
- Contra los rayos del sol: los derivados del vino y de la uva pueden ayudar a reducir los efectos dañinos de los rayos UV según un artículo de la Universidad de Barcelona y publicado en la revista The Journal of Agricultural Food and Chemistry. En el estudio se explica que los flavonoides del vino y las uvas inhiben la formación de especies reactivas de oxígeno (ROS) que dañan las células de la piel.
- Reduce el riesgo de demencia: un equipo de científicos de la Universidad de Loyola Medical Center (EE.UU.) encontró un riesgo significativamente menor de demencia entre los bebedores regulares y moderados de vino tinto en 14 países diferentes. Y es que el resveratrol reduce la viscosidad de las plaquetas de la sangre, lo que ayuda a mantener los vasos sanguíneos abiertos y flexibles (sin coágulos), lo que a su vez ayuda a mantener un buen suministro de sangre en el cerebro. El estudio fue publicado en la revista The Journal of Neuropsychiatric Disease and Treatment.
- Previene la artritis: se ha demostrado que el consumo de entre 5 a 10 copas de vino a la semana reducen hasta en un 50% las probabilidades de desarrollar artritis reumática. Además, existen indicios de que el vino ayuda a las mujeres de la tercera edad a reducir el riesgo de contraer osteoporosisEnfermedad ósea que se caracteriza por una disminución de la densidad del tejido óseo y tiene como consecuencia una fragilidad exagerada de los huesos..
- Ayuda con la diabetes: el vino tinto parece ser capaz de reducir los niveles de insulina en la sangre, ayudando de esta manera a los pacientes diabéticos. Su eficacia real está todavía en fase de experimentación pero los estudios publicados hasta el momento demuestran que el resveratrol ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.
- Ayuda a la digestión: los componentes del vino son digestivos, por lo que consumido en pequeñas cantidades es ideal para quién sufre algún tipo de dolencia estomacal. Pero…no olvides que es una bebida alcohólica. Así que más cantidad, no significa más efecto. Bebe con moderación.