26/04/2024

¿Llegó el hombre realmente a pisar la Luna?

El 20 de julio de 1969, millones de tele espectadores contemplaron ojipláticos el mayor acontecimiento tecnológico realizado por el hombre en el siglo XX. Tres astronautas estadounidenses, Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Buzz Aldrin finalizaban con éxito el proyecto de aterrizaje sobre la superficie lunar. La narración televisiva que ofreció para España el célebre Jesús Hermida.

Era una misión para la que se habían preparado durante mucho tiempo y cuyo génesis era el proyecto espacial Apolo. Las fotografías de las sondas estadounidenses Rangers 7, 8 y 9 y Lunar Orbiter 1 y 2 de 1964 y 1966 alisaron el camino del proyecto, confirmando los orígenes geológicos de la Luna, además de determinar los lugares idóneos en los que se podría alunizar con el menor riesgo posible.

En la década de los sesenta, diversas tripulaciones se entrenaron minuciosamente con el fin de pilotar vehículos capaces de realizar el viaje. Algunos de ellos murieron en el intento, como por ejemplo los astronautas que fallecieron el 27 de mayo de 1967 al incendiarse su nave.

En 1959, la sonda rusa Luna 3 había desvelado los misterios de la cara oculta de la Luna, lo que llevó a pensar que el bloque comunista conquistarían nuestro satélite mucho antes que los norteamericanos, asunto que provocó la aceleración de los trabajos, lo que llevó a incrementar notablemente el presupuesto de la carrera espacial norteamericana. El presidente John Fitzgerald Kennedy prometió a sus compatriotas, en discurso televisado, que ellos serían los primeros en llegar a la Luna. Y este vaticinio, se cumplió siete años más tarde, cuando el 16 de julio de 1969 la nave Apolo 11 portadora del módulo lunar Eagle despegaba con la propulsión de un cohete Saturno 5.

Cuando cuatro días más tarde el comandante Armstrong (1930 – 2012) de 39 años de edad, bajó los nueve peldaños del Eagle tras haber alunizado de forma manual en la Luna, la emoción se tornó en indescriptible en el centro operativo de la NASA en Houston. El momento álgido de aquel acontecimiento tuvo lugar al posar el veterano piloto su pie izquierdo en la superficie lunar pronunciando una frase que pasaría a los anales de la historia: «Éste es un pequeño paso para el hombre, pero un salto gigantesco para la humanidad». Más tarde le acompañaría en la hazaña el capitán Aldrin, quien también tuvo palabras para la posteridad: «¡Qué magnífica desolación!». Durante dos horas, los hombres de la NASA recogieron unos veinte kilos de muestras rocosas lunares. Asimismo situaron aparatos destinados a medir diferentes parámetros (la velocidad del viento solar, la temperatura o la actividad sísmica del satélite). Tras esto regresaron a casa amerizando en el océano Pacífico y pasando unas tres semanas de cuarentena a fin de evitar supuestos peligros biológicos traídos del exterior.

No tardó en generarse una polémica en torno a esta gesta sin precedentes, elevándose varias hipótesis conspiranoicas. Una de ellas afirmaba que la expedición del Apolo 11 había sido vigilada muy de cerca por ovnis celosos del descubrimiento que los astronautas pudieran efectuar sobre unas supuestas construcciones extraterrestres en la Luna. Se defendió que la misión había sido un éxito, pero muchos detalles como filmaciones, fotografías o banderas ondeantes, no eran más que montajes efectista realizados en platos situados en la Tierra y no la superficie lunar, a modo de propaganda oficial.

La prueba más auténtica sobre la veracidad de este suceso la ofrece el KGB soviético, con su sonoro silencio, dado que a nadie se le escapa que, en ese difícil momento de la guerra fría, los servicios secretos del Kremlin no hubiesen tenido mayor dificultad en enterarse del supuesto fraude cometido. Además, no podemos obviar que tras el Apolo 11 otras cinco naves consiguieron el alunizaje hasta 1972. Son demasiados viajes y demasiados testimonios como para pretender que la llegada del hombre a la Luna fue una treta perpetrada por los norteamericanos. En total, las tripulaciones de los Apolo 11, 12, 14, 15, 16 y 17 trajeron a la Tierra trescientos ochenta y cuatro kilos de material lunar. En la última misión viajó por primera vez un geólogo, Harrison Schmitt, quien recorrió en un vehículo lunar más de 35 kilómetros por el valle de Taurus-LittrowTaurus-LittrowTaurus-Littrow es el nombre dado a un valle que se encuentra situado en la cara visible de la Luna cerca de las coordenadas 20.0ºN 31.0ºE. Fue el lugar en el que alunizó la misión espacial tripulada estadounidense Apolo 17 en diciembre de 1972, la última misión lunar tripulada hasta la fecha. Wikipedia.

En 1996 se comenzó a especular con la posibilidad más que real sobre la existencia de hielo lunar. Este asunto dio alas a los que soñaban con instalar en la Luna una estación permanente habitada por humanos. La base constituiría una perfecta lanzadera hacia la conquista de Marte.

En 2018 se estreno la película The First ManEl primer hombreFilmaffinity (El primer hombre), protagonizada por Ryan Gosling y Jason Clarke, que cuenta la historia de la misión de la NASA que llevó al primer hombre a la luna, centrada en Neil ArmstrongNeil Alden ArmstrongNeil Alden ArmstrongWikipedia (interpretado por Ryan Gosling) y el periodo comprendido entre los años 1961 y 1969. Un relato en primera persona, basado en la novela de James R. HansenJames R. HansenJames R. HansenWikipedia, que explora el sacrificio y el precio que representó, tanto para Armstrong como para Estados Unidos, una de las misiones más peligrosas de la historia.

LOS PILARES DE LAS TEORÍAS CONPIRANOICAS
UN CIELO SIN ESTRELLAS
En la superficie lunar las estrellas son totalmente visibles y aparecen con un brillo considerablemente mayor que en la Tierra. Sin embargo ninguna de las fotos hechas durante la expedición lunar cuenta con la presencia de estrellas. En defensa los representantes de la NASA dicen que el alunizaje se dio cuando el Sol estaba en el horizonte lunar, pues se trataba de un amanecer «local» y las estrellas estaban tenues. Además, el tiempo de exposición fue demasiado rápido, por eso las estrellas no se quedaron registradas en la película fotográfica.
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PISADAS SOBRE EL POLVO LUNAR
Como sabemos, los astronautas dejaron huellas en las inmediaciones del módulo lunar. Por lo tanto, en los alrededores de la zona de alunizaje todo el polvo debería haber sido ‘barrido’ por los gases que expulsa el motor del cohete. Pero dicen que el empuje del motor solo consiguió mover una pequeña cantidad de arena que se acumuló en las proximidades del módulo lunar, sin tocar las pisadas.
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¿DÓNDE ESTA EL FOTOGRAFO?
Algunos preguntan quién hizo una de las fotos más famosas del programa Apollo, donde aparece Aldrin en primer plano y reflejado en su visor Armstrong. En respuesta otros comentan que las cámaras iban colgadas del pecho y otras fotos donde aparecen ambos astronautas fueron tomadas desde cámaras situadas en el módulo.
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FONDOS IDÉNTICOS
Hay fotos donde aparece el módulo lunar de fondo con una montaña detrás y hay otras donde aparece la misma montaña, pero no hay rastro del módulo lunar. Todas estas fotografías presentan el mismo fondo, pero se afirma que fueron tomadas desde sitios diferentes. En realidad la montaña estaba a una gran distancia, y en la foto se aprecia con gran nitidez debido a que en la Luna no hay aire (atmósfera) que pueda distorsionar la imagen.
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MOTORES SIN LLAMA
Cuando el módulo lunar despegó para abandonar la superficie lunar, sorprendentemente no hubo llamas en la salida de la tobera. Puede ser que el combustible utilizado simplemente no produjera una llama visible.
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FOTOS DEMASIADO BUENAS
Las imágenes capturadas por los astronautas están perfectamente encuadradas y enfocadas. La NASA, entretanto, asegura que había centenas de fotos parecidas pero decidió distribuir solo las mejores de ellas.
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Os dejo unos cuantos enlaces consultados. Unos defienden que si llego y otros que no. Leer es lo que hace que aprendas y tengas ideas propias, eso si, correctas o erróneas.

FUENTES
ENIGMA (de las pirámides de Egipto al asesinato de Kennedy)
enigma

Juan Antonio Cebrián
Bruno Cardeñosa
Carlos Canales
Jesús Callejo

Ediciones Temas de Hoy

ISBN: 84-8460-451-9

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