«Soy un chico gordo ahora» – El milagro de la diabetes (1922)
Esta frase representa uno de los momentos más increíbles de la medicina. Imagine una habitación llena de padres sentados junto a la cama esperando la inevitable muerte de su hijo.

En 1922, los científicos Frederick Banting (14 de noviembre de 1891 – 21 de febrero de 1941) y Charles Best (27 de febrero de 1899 – 31 de marzo de 1978) llegaron a una sala de hospital para niños diabéticos, la mayoría de ellos comatosos y moribundos por cetoacidosis diabética. Este es uno de los momentos más increíbles de la medicina. Imagine una habitación llena de padres sentados junto a la cama esperando la muerte inevitable de su hijo.
Insulina y metformina, medicamentos que salvan a los diabéticos

Los científicos fueron de cama en cama e inyectaron a los niños el nuevo extracto purificado: insulina. Cuando comenzaron a inyectar al último niño en coma, el primer niño inyectado comenzó a despertar. Luego, uno por uno, todos los niños se despertaron de sus comas diabéticos. Una sala en la que se pensaba solo en muerte y tristeza se convirtió en un lugar lleno de alegría y esperanza.
A principios de la década de 1920, Frederick Banting y Charles Best descubrieron la insulina bajo la dirección de John Macleod (6 de septiembre de 1876 – 16 de marzo de 1935) en la Universidad de Toronto. Con la ayuda de James Collip, la insulina se purificó, por lo que está disponible para el tratamiento exitoso de la diabetes. Banting y Macleod obtuvieron un Premio Nobel por su trabajo en 1923.

Capitán Frederick Grant Banting, 13º Fld. Amb., Can. A.M.C.
Cerca de Haynecourt el 28 de septiembre de 1918, cuando el oficial médico del 46º batallón canadiense resultó herido, intentand avanzar a través de intensos disparos de proyectiles para llegar al batallón. Varios de sus hombres resultaron heridos y él, descuidando su propia seguridad, se detuvo para atenderlos. Mientras hacía esto, él mismo resultó herido y fue desalojado a pesar de su petición de que lo dejaran en el frente. Su energía y valor son de un talante altísimo.Suplemento de The London Gazette, 30 de julio de 1919, página 9789
Pasteur y el descubrimiento de la vacuna contra la rabia

Antes del descubrimiento de la insulina, los diabéticos severos se trataban principalmente mediante una dieta estricta que inevitablemente conducía a la inanición si no a la muerte por la enfermedad.
Los niños, en particular, sufrieron terriblemente por estas dietas severamente restringidas. Por ejemplo, Leonard Thompson pesaba solo 65 libras (29 kilos y medio) a la edad de 14 años cuando ingresó en el Hospital General de Toronto en diciembre de 1921 y recibía solo 450 calorías por día. Jim Havens pesaba menos de 74 libras (33 kilos y medio) a la edad de 22 años, y cuando Elizabeth Hughes llegó a Toronto pesaba solo 45 libras (20 kilos y medio aprox.) y apenas podía caminar sola. Después de cinco semanas de tratamiento, su peso había aumentado en diez libras (cinco kilos y medio), y estaba disfrutando de una dieta de 2500 calorías que incluía una pinta de crema al día (aprox. 1/2 litro), habiendo soportado ingestas de calorías tan bajas como 300 calorías por día durante los peores períodos de su enfermedad. En correspondencia privada, relatos en la prensa popular, e incluso en revistas científicas, el milagroso retorno a la vida y la salud de estos pacientes una vez que recibieron insulina se comparó con un milagro.
Doctor: Dr. Morton Ryder
Uno de los pacientes estrella de Banting, conocido como el «milagro viviente» en las páginas de la prensa, llegó a Toronto siendo un niño de 5 años, con un peso de solo 27 libras (poco más de 12 kilos), y recibió su primera inyección el 10 de julio. Al año siguiente le escribió a Banting varias veces desde su casa en Connecticut, informándole que «ahora soy un niño gordo y me siento bien»; Banting se mantuvo en contacto con él durante las décadas de 1920 y 1930. Teddy Ryder vivió durante más de 70 años con insulina, muriendo a la edad de 76 años.
Doctor: Frederick M. Allen
La hija de la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Elizabeth, fue la paciente estrella de Banting y fue objeto de una considerable cobertura de la prensa, recibió su primera inyección el 17 de agosto y regresó a su hogar en Washington DC, el 30 de noviembre. Fue al Colegio Barnard, se caso con el abogado William T. Gossett y vivió una larga y productiva vida; ninguno de sus amigos o asociados posteriores sabía que padecía diabetes; murió en 1981 a la edad de 73 años.
Doctor: John R. Williams
El padre de Havens, que fue vicepresidente de Eastman Kodak, y su médico, lograron obtener permiso para administrar insulina al joven moribundo en Rochester, Nueva York, el 22 de mayo de 1922, convirtiendo a Havens en el primer diabético en recibir insulina en los Estados Unidos. Banting, en persona, fue a Rochester el 26 de mayo cuando Havens inicialmente no respondió bien al tratamiento. Durante un tiempo, en el verano de 1922, Havens fue la única persona fuera de un grupo reducido de pacientes en Toronto que recibió tratamiento con insulina. Havens se convirtió en un conocido artista y dibujante.
Doctor: Gladys Boyd
La primera niña que se recuperó de un coma como resultado del tratamiento con insulina, en el Hospital for Sick Children [Hospital para Niños Enfermos] en Toronto en octubre de 1922, para enero de 1923 estaba lo suficientemente bien como para reanudar una vida normal y regresar a la escuela en Galt, Ontario.
A traves de Diabetes Hope Foundationy University of Toronto Libraries
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