En teoría, el primer factor a tener en cuenta al imponer un nombre es su origen y significado, que expresará todo un sentido, una filosofía de vida, un deseo. Incluso los antiguos no vacilaba a la hora de afirmar que el nombre marca una dirección, un destino, en su célebre aforismo AforismoDel lat. aphorismus, y este del gr. ἀφορισμός aphorismós. → 1. m. Máxima o sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte. Nomen, omen («Un nombre, un presagio»).
Además del significado, existe otro aspecto tanto o más importante: un nombre tiene que encajar. Su fonéticaFonético, caDel lat. mod. phoneticus, y este del gr. φωνητικός phōnētikós, der. de φωνή phōnḗ «sonido», «voz». → 1. adj. Ling. Perteneciente o relativo a los sonidos del habla. → 2. adj. Ling. Dicho de un alfabeto, de una ortografía o de un sistema de transcripción: Que trata de establecer una relación biunívoca entre los sonidos del habla y su representación escrita. → 3. f. Conjunto de los sonidos de un idioma. → 4. f. Ling. Parte de la gramática que estudia los mecanismos de producción, transmisión y percepción de la señal sonora que constituye el habla. y su aspecto deben hacerlo grato, sólo y en combinación con los apellidos. Ante todo, debemos tener mucho cuidado con los nombres que no son de persona (Bucéfalo, Sin Chan, Mazinger Z, Son Goku). Y hemos de mantener la fantasía en sus justos límites, pues sus excesos, fruto del ardor de un momento, se purga haría toda la vida. También nos fijaremos en la armonía del nombre en combinación con los apellidos (Dolores Fuertes de Barriga, Armando Bronca Segura, Flor Bella del Bósque).
¡Atención a las modas! Los nombres que popularizaron los medios de comunicación sonarán raros o pasados de moda a los cinco años, y ridículos a los veinte (Cristal, Heidi, Domitila, Cristiano Ronaldo, Messi). Cuidar siempre de la grafia del nombre, intentando no inventar grafías exóticas (Alphonso por Alfonso, Ectór por Hector, Holibia por Olivia). Y para finalizar, conviene pensar en los comentarios más o menos jocosos a los que pueda dar lugar un nombre (Martirio, Olegario, Iluminada, Restituta).
NOMBRES EXTRAÑOS A PORILLO
Del gr. ὑποκοριστικός hypokoristikós «acariciador».
- Gram. Dicho de un nombre: Que, en forma diminutiva, abreviada o infantil, se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística; p. ej., Pepe, Charo. U. t. c. s. m.
El hipocorístico a menudo consiste en un simple «recorte» del nombre: Isa de Isabel, Inma de Inmaculada, Fran de Francisco, etc. La lengua castellana tiende a formar el hipocorístico suprimiendo la parte final del nombre (apócopeApócopeDel lat. tardío apocŏpe, y este del gr. ἀποκοπή apokopḗ. → 1. f. Fon. Supresión de algún sonido al final de un vocablo, como en primer por primero.), pero en otras, como la catalana, el proceso es inverso (aféresisAféresisDel lat. tardío aphaerĕsis, y este del gr. ἀφαίρεσις aphaíresis, der. de ἀφαιρεῖν aphaireîn «retirar, quitar», «sustraer, restar». → 1. f. Fon. Supresión de algún sonido al principio de un vocablo, como en norabuena por enhorabuena.): Rato por Monserrat, Cío por Concepció, Heidi de Adelaida (en alemán Adalheidis).
A veces se aprecien divergencias claras respecto a la forma canónica del nombre original: Nacho por Ignacio, Chelo por consuelo. Y a veces el grado de evolución es tal que resulta difícil emparentar la forma hipocorístico con el original: Tula y Gertrudis, Avoiza y Eduvigis.
En ocasiones resulta entretenido rastrear la evolución del nombre hasta llegar al hipocorístico. Veamos el caso de Francisco, que, fundido con el antiguo nombre íbero Pacciaecus, da Pacheco. Por otro lado, Phrancicus pasa a Phacus y Pacus, de donde surge el popular Paco. Otra dirección evolutiva lleva a Francisquito, y de allí a Frasquito. Y en otra pirueta divergente, se llega de Franciscurro y al taurino Curro.
Los nombres femeninos no evolucionan menos: Eulalia pasa por Olalia, Olaria y Olalla, de donde, acortando por delante, surge Lalia, Lalla y finalmente Laia, que ha trascendido finalmente su origen catalán para popularizarse en toda España.
Como curiosidad, el patrón de Madrid se llama en realidad Isidoro, no Isidro, pero la Iglesia admitió la variación popular de su nombre para no confundirlo con San Isidoro de Sevilla. ¿Qué adivinara el camino por el que Asunción pasa a Tuta? Asunta-Tunta, una pronunciación infantil escogida gozosamente por los mayores.
Tendríamos que aclarar antes de meternos en el tema, que todos tenemos tantos apellidos como queramos o recordemos: los que pertenecieron a nuestros antepasados, y la ley reconoce este derecho como un patrimonio más del individuo. Por eso en genealogía existen reglas estrictas para llevarlos.
La ley revela el registro civil establece que sólo se admitirá en este número, dos, la cantidad de apellidos necesarios para la inscripción, y confundimos este deber con el derecho a usar los que queramos. Si no pensar en esa película tan famosa «Ocho apellidos vascos» en la que tienen a gala exhibir la lista completa de sus antecesores hasta tantas generaciones como sean capaces de recordar. En otros lugares también se columpiando un poco con esto de los apellidos, tenemos por ejemplo en España a Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso, más conocido como Pablo PicassoPablo Ruiz PicassoWikipedia. En México al famoso pintor Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, más conoció como Diego RiveraDiego Rivera
Wikipedia, marido de Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón o simplificando Frida KahloFrida Kahlo
Wikipedia artista de renombre mundial.
Todo queda reflejado en la ley en la reforma administrativa de Javier de BurgosJavier de BurgosWikipedia de 1835 en la que se refleja la costumbre onomástica española de los dos apellidos. Esta costumbre es observada en muchos países hispanoamericanos, como Cuba. Algunos dejan libertad para que sean uno o dos (Venezuela), y otros (México) mantienen dos apellidos, pero al estilo anglosajón, es decir, el principal, ordinariamente transmitida por vía paterna, es el segundo, no el primero. Aun así, no debemos quejarnos ya que el doble apellido es una ventaja, porque evita confusión, sobre todo en un país de escasa variedad onomástica como España, donde una docena de apellidos ocupan el 25 % del ranking total.
Una de las pocas restricciones todavía vigentes en la Ley de Registro Civil es que el nombre debe expresar sin ambigüedad el sexo de por su portador. Un criterio elemental y apresurado es imaginar que son masculinos todos los nombres terminados en -o y femeninos acabados en -a. Es válido, en principio, pero las excepciones son tan numerosas que esto debe ser manejado con cuidado.
Es un hecho que ciertos nombres evocan clases sociales determinadas. Nombres como Demetrio, Matías, Rita, Manuela o Ricarda tienen su vivero natural en las clases trabajadoras, vinculadas a los hábitos onomásticosOnomástico, caDel gr. ὀνομαστικός onomastikós; la forma f., de ὀνομαστική onomastikḗ «arte de nombrar». → 1. adj. Perteneciente o relativo a los nombres, y especialmente a los nombres propios. Lista onomástica de los reyes de Egipto. → 2. f. Ciencia que trata de la catalogación y estudio de los nombres propios. → 3. f. Conjunto de nombres propios de un lugar o de un país. La onomástica visigótica. → 4. f. Día en que una persona celebra su santo. En Am., u. t. c. m. del medio rural, sitio de su más frecuente extracción. En cambio, otros operativos, invocan nombres utilizados por clases pudientes. En la posguerra, José Antonio, Francisco, Juan Bautista, Pilar o Carmen eran asociados a la clase política y social dominante. Hubo un momento en que las revistas del corazón ejercieron su influencia hacia Juan Carlos, César, Jorge, Sofía, Isabel, Tamara y otros.
No se sabe bien porque, pero en las películas, se eligen nombres como Bautista, Gastón, Ambrosio e incluso Agador Espartacus (La jaula de grillosThe Birdcage (Una jaula de grillos en España, La jaula de los pájaros en Argentina y La jaula de las locas en el resto de Hispanoamérica) Wikipedia, 1996) para chóferes o mayordomos. Lo mismo ocurre con los nombres femeninos Tomasa o Petra. Por el contrario, Alejandro, Álvaro o Sergio, o los femeninos Angelina, Paulino Carolina «suenan» a señora de la casa.
El número que acompaña al nombre de un rey fue inicialmente un mero invento de los historiadores para clarificar su tarea, pero con el uso se ha convertido en algo más que un ordinalOrdinalDel lat. ordinālis. → 1. adj. Perteneciente o relativo al orden. → 2. adj. Gram. Que expresa el lugar que ocupa una determinada unidad en una serie. Interpretación ordinal., y constituye un apellido real más, muy a menudo cargado de intención.
El rey Carlos VIICarlos VII de FranciaWikipedia, asesinado en 1167, fue el primer monarca con el nombre de Carlos. Nunca existieron Carlos I, II, III, IV, V y VI. Nadie sabe la razón. Similares anomalías se dan con la numeración de los pontífices.
En España se da primer problema para la numeración correcta de nuestros reyes con un número adecuado que empalme con los antiguos reinos peninsulares de los que surgió el actual español. La solución dada hasta ahora no ha sido de partir desde cero, sino numerar desde el monarca preexistente con el número más alto. Fernando VIFernando VI de España llamado «el Prudente» o «el Justo»Wikipedia se llama así por los cinco Fernando Castellanos y los dos aragoneses anteriores, y similarmente ocurrió con Alfonso XIIAlfonso XII de España apodado «el Pacificador»
Wikipedia. Un hipotético futuro Juan debería llamarse, según la costumbre, Juan VI por los cinco cuales aragoneses y dos castellanos.
Pero hay más problemas. Nuestro soberano Felipe IIFelipe II de España llamado «el Prudente» debía ser en realidad Felipe I, pues Felipe el HermosoFelipe I de Castilla llamado «el Hermoso»
Wikipedia no ciñó nunca a la corona real española, ni siquiera la castellana, más que como rey consorte (y regente). Por el contrario, Carlos III debió haberse llamado Carlos IV, pues el archiduque Carlos de Austria reinó en España, al menos en parte de ella, durante la Guerra de Sucesión. La negativa a otorgarle número real indicaba, de hecho, un intento, por parte de la dinastía que le desalojó, de ignorar su mera existencia.
EL VIAJE DE JUANA LA LOCA Y EL CADÁVER DE FELIPE «EL HERMOSO»
Y es que, en efecto, el número omitido o súper considerado ha sido un instrumento de afirmación o negación utilizado abundantemente en otras dinastías.
En Francia, Luis XVIIILuis XVIII de FranciaWikipedia, restaurador de la monarquía prerrevolucionaria, adoptó su ordinal en un vano intento de negar legitimidad a la Revolución francesa, afirmando la existencia como rey del hijo de Luis XVILuis XVI de Francia
Wikipedia, el delfín Luis, que jamás ciñó corona. Napoleón IIINapoleón III Bonaparte
Wikipedia contraatacó con la misma arma, presuponiendo con su ordinal la legitimidad del rey de Roma, hijo de Napoleón I, quien, aunque nació en Francia, nunca regresó a este país


Durante las guerras carlistas los pretendientes al trono fueron llamados Carlos V, Carlos VI, Carlos VII y otros nombres, no considerados hoy en el rol real español. ¿Cómo debería numerarse un futuro rey español con nombre Carlos sin herir susceptibilidades a una u otra parte?
Como prudente medida, el actual ocupante del trono español lleva el nombre de Felipe (VI)Felipe VI de EspañaWikipedia, cuyo correcto número, sexto de orden, no podrá suscitar en el futuro resquemor alguno en el conjunto de la población del país.
El seudónimo es mucho más que un nombre inventado bajo el cual se esconde uno real. A veces, el falso nombre es adornado con carácter y atributos diversos, y puede llegar a aniquilar al «verdadero».
El seudónimo presenta muchas variedades. La más conocida, en el campo literario, es el «autor pretendido» o personaje-narrador, presente muchísimas novelas. Más sutil es aún el caso de los heterónimos, encarnación de las distintas voces de un poeta, como Pessoa o Machado. El propio Cervantes atribuía su Quijote ha Cide Hamete BenengeliCide Hamete BenengeliCide Hamete Benengeli es un personaje ficticio, un supuesto historiador musulmán creado por Miguel de Cervantes en su novela Don Quijote de la Mancha. Esta habilidosa pirueta literaria metaficcional parece buscar dar más credibilidad al texto, haciendo creer que don Quijote fue un personaje real y que la historia podría tener décadas de antigüedad. Sin embargo, por otro lado es obvio para el lector que tal cosa es imposible, pues la presencia de Cide Hamete plantea múltiples incongruencias temporales. Cide Hamete es morisco: aunque no se le aplica explícitamente este adjetivo, sí dice Cervantes que es «arábigo y manchego», es decir, un musulmán español de lengua árabe, y no un norteafricano o un otomano. Wikipedia" rel="noopener" target="_blank">Wikipedia. El caso es que a veces los escritores son más conocidos por sus noms-de-plume (nombres de pluma) que por su nombre y apellidos reales.
A menudo el seudónimo sustituye el nombre a todos los efectos, no sólo profesionales, sino también en la vida corriente. Pocos saben que el verdadero apellido de fray Luis de Granada era Luis de SarriáLuis de GranadaWikipedia. Y casi nadie, que el del famoso escritor AzorínJosé Martínez Ruiz → Azorín
Wikipedia era José Augusto Trinidad Martínez Ruiz.
Constituye una práctica casi universal que el recién nacido adopta el apellido paterno, pero no ha sido siempre así. En los tiempos en que el registro civil no era tan rígido con las normas, muchas personas eran conocidas por el apellido de su madre, por ser más eufórico, conocido o querido. La práctica prosigue hoy en día, especialmente cuando el primer apellido es excesivamente corriente.
El apodoApodoDe apodar.</em > → 1. m. Nombre que suele darse a una persona, tomado de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia. → 2. m. desus. Chiste o dicho gracioso con que se califica a alguien o algo, sirviéndose ordinariamente de una ingeniosa comparación. es, en muchos casos, el nombre más merecido por la persona. La rigidez de los registros civiles ha impuesto una trasmisión de los apellidos a través de las generaciones, invariable incluso fotográficamente. Los nombres de pila gol gozan de más libertad, pero el repertorio es limitado, y mucho más si se consideran las cortapisas que imponen los hábitos familiares, las modas y la poca fantasía.
En cambio, el apodo o mote es el verdadero escudo de armasescudo de armas1. m. Heráld. escudo (‖ superficie en que se representan los blasones de un Estado, familia, etc.). verbal de la persona. Es el nombre que se ha ganado, el auténticamente suyo, no sujeto a herencias ni a rigideces administrativas. Quien se llama Rodríguez sabe que recibió este apellido y que de la misma forma lo transmitirá. Pero quién es apodado como «el Platillero», probablemente por evocación de un episodio de su infancia, alguna afición familiar o de alguna cualidad o defecto determinado, sabe que este epíteto le pertenece más que cualquier patrimonio. No lo transmitirá necesariamente a sus hijos, e incluso está en su mano rechazarlo o sustituirlo si le resulta molesto.
En el caso de «el Platillero», apodo que tiene mi familia en el pueblo de origen de mi padre, Torreagüera (Murcia), se debe a que mi abuelo tocaba los platillos en una banda. Hace muchos años, más de 30, fui al pueblo de mi padre por primera vez y me dediqué a visitar a todos mis tíos a sus casas. Fui a ver a uno de ellos y llegó un momento que no sabía dónde estaba, así que abordé a una señora que estaba en la calle y le pregunté por José Tomás. Ella, con actitud dubitativa, me decía que le sonaba mucho al hombre, pero mucho, mucho. Como no dábamos con el sujeto, pensé que indicándole cuál era el apodo, le aclaré que realmente a quien buscaba era a José «el Platillero», entonces ella pareció ver la luz y me dijo: «¡Claro que lo conozco! ¡Es mi marido!». Estaba hablando con mi tía, yo no lo sabía, pero lo que tiene delito es que no supiera quién era su marido por su nombre y apellido. Cosa de pueblo. Por cierto, para más cachondeo, a partir de ese momento en el pueblo perdí todo tipo de identidad y me convertí en «el Platillerito chico». Manda cojones la cosa.
En los apodos se manifiestan la fantasía, y a menudo a la malevolenciaMalevolenciaDel lat. malevolentia. →1. f. Malquerencia, enemiga, mala voluntad. , de quienes los inventan. Moreu-ReyEnric Moreu-ReyWikipedia ha propuesto un esquema de clasificación de los motes y apodos de diez extensos grupos: situación familiar, social, etnias, características físicas, singularidades de carácter, oficios, otras dedicaciones, deformaciones de los nombres de pila, topónimos y hechos episódicos. Os dejo un PDF dedicado a su persona, en catalán.
Cuando en el siglo pasado la institucionalización del Registro CivilRegistro CivilEl Registro Civil es un grupo administrativo o servicio público, encargado de dejar constancia de los hechos o actos relativos al estado civil de las personas físicas, así como otros que las leyes le encomienden. En el Registro Civil se inscriben los nacidos, la filiación, el nombre y apellido de las personas, los fallecimientos reales o presuntos, los matrimonios. Así mismo, puede corresponderle, según el país, el registro de las guardas, la patria potestad, las emancipaciones, las nacionalizaciones y el registro de profesionales. Wikipedia impuso a todo el mundo la obligación de declarar y llevar un apellido, éste fue tomado con muchísima frecuencia del sobrenombre ya existente. De este modo se explican muchos de los apellidos relacionados con circunstancias, oficios e incluso hechos comprensivos.
El apodo nace como método para diferenciar a las personas no sólo por el nombre de pila. Se han sugerido diversas explicaciones complementarias: desde la perpetuación de situaciones históricas o anecdóticas concretas hasta la simple y directa hostilidad hacia la antroponimia impuesta por la vía oficial. De todos modos, la tendencia actual es a la desaparición de los alias, que tienden a ser asociados con el mundo de la delincuencia.

La Ley de Registro Civil autoriza escribir un nombre compuesto contando como tal, si es el caso, el de algún personaje distinguido por él, como Francisco de Asís o María de las Mercedes. Hay que advertir que, a efectos legales, el nombre compuesto es un todo inseparable de manera que María de Los Ángeles, que a menudo se simplifica como Ángeles, no podrá hacerlo en documentos oficiales.
- No podrán registrarse más de dos nombres simples o más de uno compuesto (es decir, es imposible colocar tres nombres en el DNI). Antes se podía encontrar a una Ana María de Todos los Santos o un José Juan Antonio Carmelo, pero esto se acabo.
- Tampoco se pueden imponer nombres contrarios a la dignidad de la persona ni que compliquen su identificación o lleven a confusión sobre sexo o género. No podrás llamar a tu hijo Picachu o Mazinger y a tu hija Dora Exploradora.
- Si piensas llamar a tu bebé igual que a tu primer hijo, si comparte apellidos es imposible (salvo que este hubiera muerto). Recordar el caso de Dalí
- Los nombres extravagantes, impropios de personas, irreverentes o subversivos también están prohibidos. Loco, Caca, Mojón o similares no pueden ser usados.
- ¿Nombres de frutas? Prohibidos también. ¿Cómo vas a llamar fresa a tu hija? Tampoco puedes utilizar nombres de marcas.
- Hitler, Judas, Caín, Stalin, Osama BIn Laden, Engendro, Lucifer, Loco o Caca están terminantemente censurados.
- No se puede usar acrónimos. De la misma manera, como puede resultar lógico no se permite en el Registro Civil como válido un nombre a partir de abreviaturas o siglas. Si tienes pensado unir el nombre de tu pareja con el tuyo para crear un nombre original y nuevo, es probable que no te lo permitan.