En 1900, el financiero J. P. Morgan, que años más tarde se reiría cuando unos chiflados le pidieran un préstamo para poner en marcha la producción en cadena de automóviles, financió un proyecto de Tesla que consistía en construir en Long Island un torre que proporcionaría a todo el planeta sonidos, imágenes, advertencias sobre el tiempo e informes sobre los mercados bursátiles. Fue uno de sus mayores fracasos. En 1924, Tesla afirmó haber inventado los rayos de la muerte capaces de detener a un avion en pleno vuelo. Tras la breve fiebre desatada, no se volvió a saber del asunto hasta que en 1934 Tesla volvió a sacar el tema diciendo que su rayo se basaba en principios completamente nuevos de la física. Ahora podía destruir a 10 000 aeroplanos a una distancia de 400 kilómetros, pero para producir uno de estos rayos había que invertir dos millones de dólares en un generador situado en algún lugar elevado. Una red de unos doce generadores protegería a los Estados Unidos de una invasión aerea. A pesar de que pronto acabó el interés por el invento, Tesla siguió insistiendo otros dos años. Al morir, no apareció ningún papel en el que describiera sus características. Hay quien dice que el rayo de la muerte era el láser, pero la verdad es que ninguna prueba apoya la hipótesis.
La guillotina recibió, además, los apodos de navaja patriótica, abreviador nacional o, simplemente, viuda. Cada día había voceros que anunciaban la «lista de ganadores de la lotería de santa Guillotina». Acompañando a la ejecución masiva de prisioneros hubo una ola de admiradores del nuevo instrumento y fue representada en muchos tatuajes, pendientes, broches, platos, copas y cajitas de rapé.
Durante más de doscientos años los médicos franceses tuvieron un interesante tema de debate: la cabeza decapitada, ¿sigue viva cuando cae al cesto junto a las otras cabezas o mientras rueda?, ¿sigue consciente? ¿durante cuánto tiempo? Entre otras cosas, de seguir viva y consciente resultaría que la guillotina, lejos de ser una forma más piadosa, era la forma más cruel de ejecutar. En 1879 guillotinaron a un violador, asesino y necrófilo (por ese orden) llamado Prunier; cinco minutos después de su muerte el doctor E. Descarne recibió su cabeza y su cuerpo, pegó lu al oído y le llamó por su nombre. No obtuvo ninguna respuesta y probó pinchándola, rociándole amoniaco y acercándole una llama a los ojos. Siguió sin responder, pero cuando le aplicó descargas eléctricas al cuerpo observó movimientos de los brazos y las piernas (evidentemente, la causa de estos espasmos era la electricidad, no la vida del cuerpo). En 1880 el doctor Dassy de Lignières recibió una cabeza ejecutada tan solo tres horas antes. Le suministró un flujo de sangre de perro y por dos segundos pareció que se movían los labios y los párpados: «Afirmo que durante dos segundos el cerebro pensó». En 1905 el doctor Beaurieux examinó una cabeza en el momento mismo en que era separada del cuerpo y escribió:
En septiembre de 1776. durante la guerra de independencia norteamericana, el navio británico Eagle sufrió un ataque insólito en aquella época: Turtle, una embarcación cerrada, se le acercó bajo el agua e intentó varias veces colocar una mina en su casco. No lo consiguió. Turtle, obra de David Bushnell, realmente tenía la forma de una tortuga y era propulsada por un único operador que cabía en su interior, que tenía que mover unas manivelas para que las hélices giraran. Su armamento constaba de un sólo torpedo o mina. Fueron varios los intentos que se hicieron para hundir barcos británicos con Turtle, pero aunque el submarino no falló como tal, como arma no llegó a rendir porque su inventor era demasiado enclenque como para guiar y al mismo tiempo propulsar la nave. Robert Fulton, inventor y pintor frustrado, propuso al gobierno francés su submarino Nautilus para que lo usara en su guerra contra Inglaterra. Los franceses al principio rechazaron la idea por considerarla atroz y poco honorable. En 1800 construyó el Nautilus financiándolo de su propio bolsillo: era un casco metálico con chapas de cobre sobre cuadernas de hierro en el que cabían tres hombres que tenían que mover las hélices a mano. La reserva de aire comprimido les permitía sumergirse durante cuatro horas. Consiguió finalmente que el gobierno francés le autorizara a usarlo, pero el viento y la marea estuvieron de parte de los barcos ingleses. Después ofreció su invento a los ingleses, pero tras dos intentos infructuosos y la victoria de Nelson en Trafalgar en 1805, los ingleses consideraron que podían defenderse bastante bien sin necesidad de sumergirse.
Muchos siglos más tarde en Francia se utilizaron unos telégrafos ópticos: brazos de madera en lo alto de una torre que con un código numérico transmitían letras, palabras y frases. En 1794 se terminó de construir la primera línea que iba de París a Lille, a 225 kilómetros de distancia. El responsable de este invento y de su código, el clérigo e ingeniero Claude Chappe, fue también el creador de la palabra telégrafo, es decir, «escritura a distancia».
La idea prosperó en toda Europa: en 1796 los ingleses ya tenían líneas de semáforos que comunicaban Londres con los puertos del litoral. En 1804, el médico e inventor barcelonés, Francisco Salvá CampilloFrancisco Salvá CampilloWikipedia, inventó un telégrafo eléctrico que, usando la pila de VoltaPila eléctrica Una pila eléctrica es el formato industrializado y comercial de la celda galvánica o voltaica. Es un dispositivo que convierte energía química en energía eléctrica por un proceso químico transitorio, tras lo cual cesa su actividad y han de renovarse sus elementos constituyentes, puesto que sus características resultan alteradas durante el mismo. Se trata de un generador primario (no recargable) o secundario (recargable). Esta energía resulta accesible mediante dos terminales que tiene la pila, llamados polos, electrodos o bornes. Wikipedia , podía enviar mensajes a un kilómetro de distancia: cada letra venía indicada por un flujo de burbujas que salía de cada uno de los conductores sumergidos en agua acidulada. En 1829, Joseph HenryJoseph HenryWikipedia descubrió que aislando los cables que se enrollan alrededor de un núcleo de hierro podía aumentar la potencia del electroimán eliminando los riesgos de cortocircuitos, y en 1831, cuando terminó de aislar todo el cable necesario (para lo que llegó a utilizar en cierta ocasión las enaguasEnagua La enagua es una falda usada como ropa interior pero sobre ropa interior íntima. Se lleva puesta bajo un vestido o falda para ayudarle a colgar suavemente y prevenir la irritación de la piel de telas gruesas como la lana. Las enaguas también se llevan puestas para evitar el calor y proteger las telas finas de la transpiración corporal. También se utilizan para evitar la visión del cuerpo o la prenda íntima con ropas externas translúcidas o con demasiado vuelo. La enagua también se utiliza para evitar que la electricidad estática de algunas telas haga que se peguen al cuerpo de la dama. Wikipedia de su esposa) batió todos los récords del momento: un electroimán que levantó una tonelada de peso. Ese mismo 1831 Henry construyó su primer telégrafo eléctrico: cubría un kilómetro y medio de distancia usando para ello pequeños electroimanes. y con ello se adelantó a Samuel MorseSamuel Morse Wikipedia, Charles WheatstoneCharles WheatstoneWikipedia y William CookeWilliam Fothergill CookeWikipedia. Pern Henry era un gran idealista que trabajaba por el bien de la humanidad y no patentó su invento. Wheatstone y Cooke trabajaron en colaboración después de que el primero consultara con Henry y obtuvieron la patente británica en 1837. Henry también ayudó a Morse, que no entendía lo suficientemente bien la electricidad para desarrollar su propio invento. Morse, más atento a su propio beneficio que al de la humanidad, patentó bajo su nombre el sistema de Henry y el código de puntos y rayas que un ayudante de Morse. Alfred VailAlfred Lewis VailWikipedia, ideó para aquellos electroimanes.
Otro de los logros de Joseph Henry fue el del descubrimiento de la inducción electromagnética, la conversión del magnetismo en electricidad. La historia ha otorgado el honor a Michael FaradayMichael FaradayWikipedia, quien descubrió el fenómeno en 1831, pero Henry lo había observado un año antes, aunque como era costumbre en él no se apresuró a publicar el descubrimiento ni a pedir el crédito correspondiente. Faraday, que era más honrado que Morse y lo descubrió por mérito propio, se le adelantó en la publicación.