
Pero en la actualidad y con el nacimiento de las ciencias como la psicología, se han vuelto objeto de estudio y se les otorga una importancia que se relaciona directamente con las emociones. Según posicionemos las mismas mientras nos comunicamos verbalmente, ellas en su labor no verbal pueden indicar disgusto, sorpresa, escepticismo, enfado, interés, etc. Si unimos las arrugas de la frente y los movimientos de las cejas nos indicarán muchas pautas en la comunicación no verbal humana. Y por lo visto esta comunicación se ha demostrado universal, sirve para todos los puntos de la tierra donde haya un humano. Los bebés saben leer en la cara de lo que le rodean y ciertas tribus indígenas brasileñas han reconocido todas las señales de los movimientos faciales entre las que se incluyen las cejas.


En 1596, John Harrington, ahijado de la reina Isabel IIsabel I de InglaterraWikipedia de Inglaterra, inventó un retrete con depósito de agua corriente incorporado, que soltaba agua al extraerle un tapón. Este señor escribía novelas subidas de tono y para volver a ganarse el favor de su protectora realizó este invento. Pero el muy imbécil escribió un nuevo libro llamado La metamorfosis de AjaxLa metamorfosis de AjaxNo versa sobre el héroe aqueo de la guerra de Troya, sino que es un ingenioso juego de palabras que hace referencia precisamente a lo que arriba ya mencionábamos. («A Jakes» ─que en inglés se escucha igual que «Ajax»─ era una forma vulgar de referirse a un lugar para orinar y defecar). En esta obra, Harrington habla de principio a fin de temas escatológicos. La metamorfosis aludida no es otra que la de las diferentes soluciones que se han dado al tratamiento de la pipí y de la popó, y cuyas máximas expresiones en aquellos tiempos eran la letrina y la bacinica. En la parte estelar de la obra, el poeta da a conocer al mundo su invención: una letrina con taza, agua y un mecanismo que permite retirar los desechos, descripción que además incluye los planos del ingenio aquel., en el que se mofaba del retrete de la reina, lo que le puso a la reina otra vez en contra. El retrete perdió relevancia y cayó en desuso debido a que nadie se lo tomaba en serio.
Varios siglos después, exactamente tres, un chatarrero inglés llamado Thomas CrapperThomas Crapper & Co En 1861 Thomas Crapper inició un negocio de fontanería e ingeniería sanitaria. Rápidamente se ganó una reputación de trabajo de alta calidad. Esto le llevó a abrir la primera sala de exposición de baños del mundo en 1870 para complementar sus servicios de fontanería. Durante más de 150 años, Thomas Crapper & Co. ha sido fiel a la idea de que si se compra la calidad adecuada, sólo hay que comprar una vez. Wikipedia
, inventó un WC (en inglés significa water closet, «armario de agua»), que al evitar la fuga de agua parecía más práctico. Incorporaba un tubo en zig-zag, muy similar a lo que conocemos como sifón, creado en 1870 por Thomas William Twyford, que básicamente evitaba los malos olores. Exceptuando el diseño que ha sufrido cambios, el sistema es el mismo desde entonces.
Se sabe que en tiempos de los romanos y los griegos, los más pudientes poseían métodos o mejor dicho materiales agradables, para limpiarse salva sea la parte. Se habla de telas suaves, esponjas naturales mojadas en agua y sal marina, incluso de lana de oveja. El resto de los mortales podían recurrir a paja, hojas, arena, piedras redondeadas y como recurso final, la mano. De ahí que la gente, suponiendo que fueran diestros, se saludaban con la mano izquierda, la que no servía para tal menester.
Joseph C. GayettyJoseph C. Gayetty

La lejíaLejíaLa lejía (también conocida como lavandina y mal llamada cloro) es el nombre dado a diferentes sustancias que, en disolución acuosa, son un fuerte oxidante y que suelen utilizarse como desinfectante (eficaz contra hongos y bacterias), como decolorantes y en general como solventes de materias orgánicas. El elemento cloro es la base de los blanqueadores más utilizados, por ejemplo, la solución de hipoclorito de sodio, que en disolución acuosa solo es estable en pH básico. Al acidular en presencia de cloruro libera cloro elemental, que en condiciones normales se combina para formar el gas dicloro, que es sumamente tóxico. Wikipedia ataca a los compuestos químicos coloreados, a los que diferencia a partir de la posición de los electrones de sus coloreadas moléculas. La luz solar contiene todos los colores y es la presencia de todos ellos lo que nos produce la percepción de la falta absoluta de color, el blanco. Cuando una prenda se mancha lo que hace es absorber las frecuencias correspondientes a dichos colores y refleja el resto. Esa tonalidad que observamos fijada es la que llega a nuestros ojos, lo que nos indica de que color es la mancha. Cuando una sustancia absorbe energía luminosa, en realidad son los electrones presentes en sus moléculas los que realizan tal absorción. Y cuando esto sucede, los electrones se excitan hasta alcanzar un nivel de energía superior en las moléculas. Así, en la ropa o cualquier otra sustancia de color blanco, los electrones de sus moléculas ya se encuentran al máximo nivel energético y por ello no absorben más energía y reflejan todas las frecuencias de de la luz solar. Y en las ropas coloreadas, manchas o cualquier otra sustancia de color, los electrones de sus moléculas tienen una energía particularmente baja y, por tanto, son susceptibles de captar energía y de mostrar el color correspondiente a la frecuencia energética rechazada. Lo que hace la lejía es, literalmente, «tragarse» ─en verdad se denomina oxidar─ esos electrones de baja energía. Lo que se consigue, al fin y al cabo, es reflejar todo el espectro luminoso y que la prenda se muestra blanca a nuestra mirada.