Los primeros momentos del mundo, la tierra estaba dividido en dos zonas: la región helada de Niflheim, también llamada el reino de la muerte, situado en el norte y el reino ardiente de Muspell, en el sur. Cuando ambos reinos se juntaron dieron lugar a la aparición de los primeros gigantes.
El universo fue creado por Odín, el soberano de todos los dioses, y sus hermanos Vili y Ve. La mitología nórdica recoge una gran diversidad de leyendas acerca de la creación del mundo, en la que las diferentes tierras son creadas por los dioses y por los hombres, además de por los gigantes, los elfos y los enanos. Cada uno de estos reinos giraba en torno a un enorme fresno llamado Yggdrasil (el Árbol de la Vida). Es Islandia, tierra de fuego y hielo, de donde proceden los primeros ciclos mitológicos nórdicos, tal y como lo demuestran sus sagas y poemas épicos.

Es probable que Yggdrasil signifique «caballo de Odín», ya que uno de los nombres con que se designa a este dios era Ygg. Odín estuvo colgado del Árbol de la Vida durante nueve días para aprender el arte de las runas, la escritura y la adivinación. Para los nórdicos, el mundo de los humanos era nada más una rama del gran Yggdrasil, el fresno del mundo. Yggdrasil posee nueve mundos y por ellos pasó Odín antes de obtener el secreto de las runas.
El árbol se divide en tres partes: Niflheim (raíz), Midgard (tronco) y Asgard (copa). Se puede notar en esto la representación del ciclo de nacimiento, vida y muerte que ya se siente en las nornas. Las nornas (nórdico antiguo: norn, plural: nornir) son dísir (plural de «dís» un espíritu femenino) de la mitología nórdica. Tres de ellas son las principales, conocidas por los nombres de Urðr (o Urd, «o que ha ocurrido» el destino), Verðandi (o Verdandi, «o que ocurre ahora» y Skuld («o que debería suceder, o es necesario que ocurra». A Skuld también se la podía ver cumpliendo el rol de valquiria. Según las Eddas existen también muchas otras nornir menores asociadas a individuos en particular.
En el Árbol de la Vida habitaban animales como Nidhogg que era una serpiente y vivía en Niflheim, al pie de Yggdrasil. Se alimentaba de seres humanos que morían en los campos de batalla, a la vez que intentaba destruir el árbol mascando sus raíces. Pero las Norms, las tres ancianas mencionadas anteriormente, sanaban las heridas de Yggdrasil, de modo que Nidhogg nunca lograba su objetivo.
En las ramas de Yggdrasil habitaba la ardilla Ratatõsk se pasaba todo el tiempo recorriendo el árbol de arriba abajo llevando los mensajes injuriosos de la serpiente Nidhogg, que debía al pie del árbol, al águila que anidaba en lo más alto de su copa


Buri era la principal fuerza divina del folclore nórdico. Era el padre de Bor, que tenía con el monstruo Bestla tres hijos que son: Odin, Vili y Ve. Buri se levantó de los témpanos de hielo lamidos por los animales lácteos primarios Audumla. La presencia de Buri se remonta a muchos años antes Odin, hacia el comienzo de toda la producción del folclore nórdico.




En la mitología nórdica, Skínfaxi y Hrímfaxi son los caballos de Dagr (Día) y Nótt (Noche). Los nombres Skínfaxi y Hrímfaxi son bahuvrihis, que significan “crines brillantes” y “crines de escarcha”, respectivamente. Hrímfaxi recorría el cielo tirando del carro de Nótt, la espuma de su freno rocía la tierra cada mañana. Skínfaxi tiraba del carro de Dagr a través del cielo cada día y sus crines iluminaban la tierra y el cielo. El mito de Skinfaxi se cree que se originó en la religión nórdica de la edad de bronce, en la cual hay varias evidencias de mitos que involucran a un caballo tirando del sol a través del cielo. El carro solar de Trundholm es tirado por un solo caballo y posiblemente se creía que era regresado de oeste a este por un segundo caballo. Relacionados a estos también están Arvak y Alsvid, dos caballos que tiraban del carro de la diosa Sól.


Al otro lado del puente, encontramos Járnvidr «el bosque de hierro», bajo los dominios de Angrboda, una gigante, madre de Hela. Este bosque esta formado por árboles con hojas de afilado acero. Quien logra cruzarlo, llega a las puertas de Helheim, donde se encontrará al perro guardián de Hela, Garm. En Helheim hay otra zona, llamada Nastrand (playa de cadáveres) también conocido como Naströnd y Nastrandir, es una sala dentro del reino de Hel donde irán las almas de las personas viles, los asesinos, los perjuros y los mentirosos notorios. También en Nastrand como en el resto del Helheim el sol nunca brilla y los puertos de la sala se abren todos hacia el norte. Las paredes están cubiertas con serpientes que miran todas hacia adentro, escupen sin parar veneno así que esto fluye en torrenciales por la sala y llena todo con vapores venenosos.


Jötunheim es el mundo de los gigantes, que pueden ser de dos tipos: Roca y Hielo; llamados colectivamente jötnar, en singular jötunn) en la mitología nórdica. Desde allí amenazan a los humanos de Midgard y a los dioses de Asgard, de los que están separados por el río Iving. Gastropnir, hogar de Menglad, y Þrymheim, hogar de Þjazi, estaban ubicadas en Jotunheim, que era gobernado por el rey Þrymr. Glæsisvellir era el lugar dentro del Jotunheim donde vivía el gigante Gudmund, padre de Höfund.


Snorri introduce a Vanaheim de este modo:


Más allá,situado en el Prado de los Pueblos, está Fólkvangcomo el palacio de Freya que recibe a la otra mitad de los caídos. Se puede ver a la grandiosa guerrera dar largos paseos por los bosques cercanos.
Algo lejos, en la cima de una colina se encuentra Thrúdvang, Campo de Fuerza, el dios Thor. Desde allí se ve su Casa Resplandeciente, el palacio Bílskirnir, que tiene 540 habitaciones, las mismas que Valhala. Cada avión posee su palacio, salvo el alocado Loki, que no tiene casa. El Bifröst es un puente de arco iris que permite salir de Ásgard, está custodiado por el guardian Heimdal, que no deja entrar a nadie que no sea una deidad.
Los dioses necesitaban una tierra donde habitar, así que construyeron el reino de Asgard, la morada de los Aesir (los dioses celestes) y los Vamir (los dioses terrenales, que a su vez disponían de una segunda morada en el Vanheim, bajo la Tierra). Con el fin de protegerse de sus enemigos los gigantes, contrataron a un artesano para que levantara una muralla alrededor de Asgard en un solo invierno. Como pago, el artesano exigió el Sol y la Luna, además de la mano de Freyja, pero los dioses descubrieron a tiempo que se trataba en realidad de un gigante del Jotunheim, así que llamaron a Thor, quien lo derribó con un golpe de su martillo.

Una vez Asgard estuvo rodeada por la enorme muralla que la protegía, los dioses necesitaron un camino de entrada y salida del reino, así que crearon el Bifröst, un arco iris compuesto de tres niveles de fuego unidos entre sí, que hacía de puente entre Asgard y Midgard. Los únicos que podían atravesarlo eran los dioses y estaba custodiado por el dios Heimdall, con su espada Höfud. Si algún enemigo se acercaba Bifröst, Heimdall avisaba a los dioses con su cuerno Gjallar. Los únicos mortales autorizados para cruzar el Bifröst eran las almas de los héroes caídos en combate que se dirigían al Valhalla.
Todo está concebido como lo bueno y lo opuesto.
Muspelheim (Fuego) vs Niflheim (Hielo)
Asgard (Gloria/Salvación) vs Hel (Fracaso/Condena)
Vanaheim (Creación) vs Jötunheim (Destrucción)
Álfheim (Luz) vs Svartálfaheim (Oscuridad)




















Frey recibe dos tesoros de los tuergos. Uno de ellos es el jabalí Gulinborsti de las cerdas resplandecientes y el otro es Skídbladnir, el barco en el que caben todos los dioses y para el que el viento siempre sopla favorablemente. Enamorado perdidamente de la etona Gerd, Frey manda a su sirviente Skínir para que lleve su petición de mano. A cambio de este matrimonio, el padre de Gerd le pide la espada al dios Frey, dejándolo desprotegido. Esto le causara la muerte al principio de Ragnarök, por no tener más que unas astas de ciervo para defenderse.









Los sacrificios hacen en los templos o bien en la plaza de la comunidad. Algunos de los templos más importantes están en los bosques, bajo un árbol muy grande que se asemeja a Yggdrasil. Alrededor se establecen cabañas de madera o de paja, donde vive la gente cuando acude a la fiesta ritual, que puede durar varios días.
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