por Enrique Jardiel Poncela nació en Madrid el 15 de octubre de 1901. Estudió en la Institución Libre de Enseñanza, luego pasó al Liceo Francés, hecho que seguramente influyó en su posterior solvencia para el manejo de ese idioma. Escribió desde muy joven, aunque se perfilaba para ser un autor «serio» y no el formidable humorista que resultó siendo. El comienzo de su fama se produce cuando colabora en revistas de la época, como «Buen Humor».
En 1927 publica «Amor se escribe sin hache», su primera novela. Luego, en pocos años, escribiría tres novelas más «¡Espérame en Siberia, vida mía!», «Pero… ¿Hubo alguna vez once mil vírgenes?» y «La tourneé de Dios», ésta última en 1932. Se dedicó, casi exclusivamente, a escribir para el teatro.
Logró grandes éxitos, como «Eloísa está debajo de un almendro», o «Un marido de ida y vuelta» y algunos fracasos, como «El cadáver del señor García». El público, en general, lo seguía fielmente, pero los críticos se ensañaban cada vez más con una obra que no estaban capacitados para juzgar. Cuando lo acusaban de escribir para grandes masas, dijo que sí, que escribía para «grandes masas encefálicas».
Ganó dinero y también lo perdió cuando quiso hacerse empresario de sus obras. Viajó mucho, realizó una película en Hollywood, «Angelina»; se instaló, brevemente, en Buenos Aires dos veces, dando conferencias y presentando sus comedias. Enfermó de cáncer en 1944 y su producción se hizo, menos prolífica. Según se cuenta, ocultó la enfermedad que le impidió continuar desarrollando su inmensa capacidad de trabajo. Murió en la pobreza, en Madrid, el 18 de febrero de 1952, casi olvidado. Actualmente, se ha revalorizado su obra y una calle de la capital española lleva su nombre.
Os dejo unas cuantas máximas. Recordad que es de la primera mitad del siglo pasado, hay muchas que están fuera de época, está época en la que todo el mundo se molesta por algo y os puedo asegurar que muchas no las he puesto porque igual me denuncian por xenófobo, racista, machista, homófobo y yo que se más.
