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Wikipedia (287-212 a. de C.) enuncio este principio a raíz de una historia curiosa y lamentable a la vez. Servía el sabio al rey Hierón IIHierón II
Wikipedia en la corte de Siracusa. Un día le pidió si el orfebre que la había fabricado una nueva corona, le había engañado mezclando el oro con otros metales de menor valor, pues el la quería enteramente de oro macizo. No se le ocurría como podía hacerlo sin fundir o destrozar la corona. Pero como las grandes soluciones vienen de las grandes observaciones y de los pequeños detalles, un día al sumergirse en una pileta de las casas de baños, se fijó en que cuanto más introducía su cuerpo en el agua, más subía el nivel del agua. De ello dedujo —parece fácil, pero no, a la mayoría, por no decir a casi todos, se nos pasaría por alto— que un volumen igual de dos materiales distintos sumergidos en un mismo fluido desplazarían un volumen de este diferente según fuera el peso específico de cada uno. Se cuenta que cuando lo descubrió, que justamente estaba metido en agua, salió corriendo como los locos, ufanoufano, ufana1. {persona} Que presume de sí mismo o se muestra orgulloso de poseer cierta cosa o de ser algo. ─ 2. {persona} Que está o se muestra satisfecho y contento. de su descubrimiento, sin darse cuenta de que estaba desnudo a la calle al grito de «Eureka!» / «¡Lo encontré!». El descubrimiento fue un adelanto impresionante para la humanidad, pero al orfebre maldita sea la gracia que le hizo.
A raíz de esta frase, el rey Hierón II que tenía que estar muy aburrido el pobre, le mando que demostrará su teoría. Arquímedes se valió del propio Rey para demostrarlo. Con un complicado sistema de poleas, ató una cuerda al brazo del rey y este al moverlo, hizo que se moviera la proa de un barco cargado, que estaba, como no en el puerto de Siracusa.
Wikipedia(414-323 a. de C.), también conocido como el Cínico, tenía una batalla declarada a los ricos y repudiaba con asco cualquier acto de ostentación y lujo. En su favor podemos decir que todo esto puede ser una respuesta condicionada a que tuvo que abandonar su ciudad natal por culpa de los desmanes de su padre que era Jefe de la Moneda al descubrirse que falsificaba moneda. Tenía unas costumbres muy acentuadas: iba descalzo, la ropa era más bien escasa incluso en épocas invernales y las comidas eran sencillas y frugales. Dormía en los pórticos de los templos envuelto únicamente en su manto y tenía por vivienda una tinaja o un tonel.
Se cuenta sobre este gran filósofo, que solía deambular por las calles de Atenas con una lampara de aceite encendida en busca de un hombre al que poder calificar de honrado, al grito de «Busco un hombre, busco un hombre honrado que ni con el candil encendido puedo encontrarlo». Si hubiera venido al Congreso de los Diputados en la España actual, no lo encuentra ni con un faro.
Un día se estaba masturbando en el Ágora, quienes le reprendieron por ello obtuvieron por única respuesta del filósofo una queja tan amarga como escueta: «¡Ojalá frotándome el vientre el hambre se extinguiera de una manera tan dócil!».
Cuando Diógenes asistía a los baños se encontraba siempre con un citarista al que todo el mundo despreciaba y criticaba, mas Diógenes lo saludaba con respeto, incluso con cierta admiración, a lo que algún curioso lo interrogó sobre el motivo por el que saludaba al citarista con lo mal que tocaba, respondiendo a esto Diógenes: «Porque tal y como es toca y canta, pero no roba a nadie».
Cuando Platón le dio la definición de Sócrates del hombre como «bípedo implume», por lo cual había sido bastante elogiado, Diógenes desplumó un gallo y ante el asombro de los discípulos y del mismo Platón lo soltó en la Academia diciendo: «¡Te he traído un hombre!» y partió entre risas y doblándose sobre sí mismo. Entre la sorpresa y risas de sus discípulos salió Platón al frente respondiendo: «no te preocupes, le agregaremos algo a la definición» y gritó a Diógenes: «El hombre es el bípedo implume con uñas anchas». Acto seguido Diógenes dejó de reír, dándose cuenta de que Platón también sabía responder.
Se dice que una mañana, mientras Diógenes se hallaba absorto en sus pensamientos y tomando el sol fuera del gimnasio que estaba a las afueras de Corinto había mucho ajetreo, se decía que el rey había llegado, y el rey es Alejandro Magno, tal es la fama que tiene Diógenes que está interesado el propio Alejandro en conocer al famoso filósofo, y antes de que pueda saber Diógenes qué es lo que ha pasado se ve rodeado el filósofo por un montón de ciudadanos de Corinto, se produce el encuentro; llega Alejandro acompañado de su escolta y de muchos hombres más, Alejandro Magno se pone frente a el y dice:
─Soy Alejandro Magno ─a lo que responde Diógenes:
─Y yo Diógenes el perro, ─hay murmullos de asombro ante la sorprendente respuesta del sabio pues nadie se atreve a hablarle así al rey, Alejandro pregunta:
─¿Por qué te llaman Diógenes el perro? ─a lo que le responde Diógenes:
─Porque alabo a los que me dan, ladro a los que no me dan y a los malos les muerdo, ─de nuevo más murmullos, como es osado este Diógenes al atreverse a hablarle así al rey; pero Alejandro no se deja inmutar por esas respuestas y le dice:
─Pídeme lo que quieras, ─por lo que sin inmutarse Diógenes le contesta:
─Quítate de donde estas que me tapas el sol ─por lo que se hace una exclamación generalizada de todos los presentes ante una petición tan pobre a un hombre que todo lo podía dar, Alejandro sorprendido realmente le pregunta:
─¿No me temes? ─a lo que Diógenes le contesta con gran aplomo con otra pregunta:
─Gran Alejandro, ¿te consideras un buen o un mal hombre? ─a lo que Alejandro le responde:
─Me considero un buen hombre ─por lo que Diógenes le dice:
─Entonces… ¿por qué habría de temerte? ─siendo esta una respuesta muy sincera de nuestro filósofo. Toda la gente está decididamente escandalizada, entonces Alejandro pide silencio y dice:
─Silencio… sabéis lo que les digo a todos ustedes, que si no fuera Alejandro me gustaría ser Diógenes.
Wikipedia (1844-1909) era admirada por sus cualidades interpretativas y el realismo de sus puestas en escena. Una vez fue invitada a un banquete en un país del cual no conocía el idioma. Como siempre, al ser la invitada de honor, se le rogó que dirigiera unas palabras a los invitados que estaban a la mesa. Ella lejos de achantarse, se levanto y se dispuso a hablar, eso si, en polaco, idioma que nadie dominaba excepto ella misma. Al principio los comensales se miraban unos a otros con estupor al no entender la situación, pero era tal la emotividad que transmitían sus palabras y gestos que la gente no dejaba de prestarle atención. Una vez terminado el discurso, los presentes estallaron en aplausos, aunque no habían entendido absolutamente nada. Cuando le preguntaron a su regreso a Polonia, que que había dicho en el discurso, aclaro que lo único que hizo fue repetir el abecedario polaco una y otra vez.
Wikipedia (1891-1943) compuso una ópera, El gigante, tan solo con 7 años y solamente usando las teclas blancas del piano.
Wikipedia (1841-1919) le ataco la enfermedad de la artritis de forma insufrible, tuvo que pedir que le ataran los pinceles a la mano para poder seguir pintando.
Wikipedia(1773-1829) aprendió a leer a los dos años y con cuatro había leído la biblia dos veces.
