20/04/2024

La advertencia Miranda

Aprobada en los años 60
Si eres fan de los dramas policíacos televisados, probablemente tengas la «advertencia Miranda» (o «derechos Miranda», o «reglas Miranda») muy presentes. Cada vez que un sospechoso es detenido, el oficial u oficiales que lo arrestan deben informarles de que

Tiene el derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un tribunal de justicia. Tiene el derecho de hablar con un abogado y que un abogado esté presente durante cualquier interrogatorio. Si no puede pagar un abogado, se le asignará uno pagado por el gobierno. ¿Le han quedado claro los derechos previamente mencionados?

Sin embargo, no encontrarás este guion en la Declaración de Derechos o en la Constitución original. De hecho, no fue hasta el 13 de junio de 1966 que la Corte Suprema de los Estados Unidos se pronunció sobre el caso Miranda versus Arizona, el caso judicial que estableció los Derechos Miranda.

Leyendo a un detenido sus derechos Miranda con la tarjeta en mano para no olvidarse nada
Leyendo a un detenido sus derechos Miranda con la tarjeta en mano para no olvidarse nada
Ernesto Miranda
El 2 de marzo de 1963, una mujer de Phoenix, Arizona, denunció a la policía de que había sido secuestrada, llevada al desierto, violada y, posteriormente, liberada. Se le hizo una prueba con el detector de mentiras con resultados no concluyentes, pero logró proporcionar a la policía la descripción del vehículo y parte de un número de matrícula. La información llevó a la policía a Ernesto Miranda, un hombre con una condena anterior por voyerismoVOYEURPersona que espía o mira a escondidas a otras personas en situaciones eróticas para excitarse sexualmente. Wikipedia, a quien posteriormente detuvieron e interrogaron. Unas horas más tarde, tuvieron una confesión, por lo menos durante un momento.
Ernesto Miranda posando para la foto (izquierda) y luciendo el dorsal número uno (derecha).
Ernesto Miranda posando para la foto (izquierda) y luciendo el dorsal número uno (derecha).
Los derechos de Miranda
Basándose en esa confesión y en unas cuantas pruebas circunstanciales, Ernesto Miranda fue declarado culpable de los cargos que se le imputaban. El abogado que lo defendió nunca lo llamó a testificar durante el juicio, y no se hicieron patentes las extrañas circunstancias en las que se realizaron la confesión. Sin embargo, mientras Miranda se encontraba en la Penitenciaría del Estado de Arizona, los abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles estaban examinando más de cerca su caso, en particular la forma en que se obtuvo la confesión. Se descubrió que ninguno de los oficiales que interrogaron a Miranda le había informado de sus derechos y que el fiscal del juicio se empeñó en decir al jurado que Miranda no había pedido un abogado ni una sola vez. Estaba claro, Miranda no sentía ningún desprecio en particular por los abogados como grupo, simplemente no sabía que tenía derecho a uno.
El Tribunal Supremo
La ACLU presentó una apelación en nombre de Miranda, llevando el caso hasta la Corte Suprema, que falló 5-4 a favor de Miranda el 13 de junio de 1966. El presidente del Tribunal Supremo Earl WarrenEarl WarrenEarl WarrenWikipedia señaló que la Quinta y Sexta Enmiendas de la Constitución de los EE.UU. garantizan a un sospechoso el derecho a la protección contra la autoincriminación y la representación legal, ninguna de las cuales se concedió a Miranda durante su interrogatorio.

Aunque esos derechos están claramente definidos en la Constitución de los Estados Unidos, la Corte Suprema determinó que muchos de los manuales de capacitación de la policía nacional no incluían ninguna instrucción para informar a un sospechoso de sus derechos. Los procedimientos operativos estándar del FBI sí lo incluían, así que Warren tomó la página literal de su libro, citando en su decisión: «Tienes derecho a permanecer en silencio. Todo lo que diga puede y será usado en su contra en un tribunal. Tiene derecho a un abogado. Si no puede pagarlo, se le asignará uno».

Impacto de los derechos de Miranda
El fallo no se tradujó para Miranda en una liberación inmediata, sólo se le otorgo un nuevo juicio, pero la decisión de la Corte Suprema sobre los derechos de Miranda cambió para siempre los procedimientos de aplicación de la ley. Antes de la decisión, la Quinta Enmienda sólo se invocaba en casos de desacatoDESACATOEl desacato —o resistencia o desobediencia a la autoridad— es, en algunos ordenamientos, un delito que se comete al calumniar, injuriar, insultar o amenazar a una autoridad en el ejercicio de sus funciones o con ocasión de ellas, ya sea de hecho o de palabra, o ya sea en escrito que se le dirija. Wikipedia al tribunal, pero el hecho de exigir el recitado de los derechos de Miranda en el momento del arresto ahora protege tanto al sospechoso de su violación como al oficial que lo arrestó de las acusaciones de este. Es una situación en la que todos ganan, a menos que alguien involucrado sea sospechoso.
Ninguna persona estará obligada a responder de un delito castigado con la pena capital, o con cualquier otra pena, salvo en la presencia o acusación de un Gran Jurado, a excepción de los casos que se presenten en las fuerzas de mar o tierra o en la milicia, cuando se encuentre en servicio activo en tiempo de guerra o peligro público; ni ninguna persona estará sujeta, por la misma ofensa, a ser puesta dos veces en peligro de perder la vida o la integridad física; ni se le forzará a declarar contra sí misma en ningún juicio criminal; ni se le privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni se ocupará su propiedad privada para uso público sin una justa indemnización.<span class="su-quote-cite"><strong>→ QUINTA ENMIENDA</strong></span>

Desde que los Derechos Miranda fueron adoptados por los organismos encargados de hacer cumplir la ley en todo el país, los historiadores han rastreado el impacto de los Derechos Miranda y han encontrado que el porcentaje de delitos resueltos por la policía disminuyó porque los oficiales obtenían menos confesiones de los detenidos. Estadísticas como estas pueden parecer sombrías en lo que respecta a sacar a los malos de las calles, pero el consenso general es que los Derechos Miranda no han inhibido la aplicación de la ley.

¿Y Ernesto Miranda qué?
El caso del hombre cuyo nombre está siempre ligado al procedimiento policial de informar a un sospechoso de sus derechos fue enviado de vuelta a Arizona para un nuevo juicio en 1966, donde fue encontrado culpable por segunda vez. Fue puesto en libertad en 1972, y sólo cuatro años después, tuvo un altercado por un juego de cartas en un bar. Más tarde fue apuñalado hasta morir en un retrete de un bar. Aunque encontró su final en los más profundos y sucios rincones de la sociedad, su legado está, al menos, en cualquier lugar donde se deba palicar la ley a un detenido.

Tarjeta con el texto de la ley Miranda para leerse al detenido
Tarjeta con el texto de la ley Miranda para leerse al detenido
Impacto en el cine
En las pantallas, la advertencia Miranda se presenta como un procedimiento indispensable durante cualquier detención policial, un acto que normalmente acompaña al delincuente esposado durante su trayecto hacia el asiento trasero del vehículo policial. En numerosas ocasiones los derechos Miranda también se utilizan como recurso narrativo para darle la vuelta al guion al estilo del caso Miranda contra Arizona, invalidando la condena o juicio en torno a la que gira la trama cuando se revela que al acusado no le han sido leídos convenientemente sus derechos.

Las series policiales siempre han usado y abusado del recurso de la lectura de derechos, algo que ocurría con mucha frecuencia en CSI, Boston Legal, The Closer, NCIS, Bones, Castle o Expediente X. En Ley y orden, y por extensión en los spin-offs que nacieron bajo sus ramas, la advertencia Miranda se utilizaba con frecuencia para enmarcar el final de un acto narrativo y dar paso a la publicidad: la pantalla se fundía a negro mientras los oficiales estaban a medio camino de leerle todos sus derechos al malhechor capturado y el show se ausentaba durante unos minutos para volver, tras los anuncios, con una segunda parte de la historia que habitualmente implicaba interrogatorios y juicios varios.

Uno de los momentos memorables del cine donde se utiliza la Ley Miranda como recurso cinematográfico humorístico sucede cuando Arnold Schwarzenegger en la película Danko, calor rojo, aplica su especial concepto de la utilidad de la Ley para su beneficio

Si quieres profundizar, ya sabes lo que toca, leer.

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