Manda cojones que para comerse 200 calorías de lechuga haya que meterse entre pecho y espalda casi un kilo y medio y para el chocolate, que nos gusta en demasía, con 50 gramos de mierda nos hayamos pasado, en la mayoría de los casos. El refrán se vuelve a cumplir y esta es una de las razones por las que soy ateo, todo esta al revés:
Todo lo bueno esta prohibido, es pecado o engorda. Todo lo que me gusta es inmoral, ilegal o engorda.
Nosotros nos quedamos con la única parte que nos interesa en este momento, el final, «engorda».