Los ahogamientos ya se han llevado 249 vidas en los primeros siete meses del año en playas, piscinas, ríos o pozas en España. Son un 12,6% más que en el mismo periodo de 2022. En ocasiones, las personas fallecen por luchar contra el oleaje o las corrientes marinas. En otras, el accidente se produce de manera rápida y sin gritos: son los ahogamientos «silenciosos».
En cuestión de segundos, una persona se puede ahogar sin que apenas nadie haya reparado en ello. Estas son las fases más habituales de un ahogamiento:
Cuando uno se está ahogando no en muchas ocasiones parece que se esté ahogando. El proceso es rápido, discreto y letal. De hecho, en muchos casos la víctima se ahoga rodeada de bañistas ajenos al drama que se desarrolla a su lado. Son los llamados ahogamientos silenciosos. «Se ha popularizado la idea de que la persona que se ahoga grita, agita los brazos y pide ayuda», explica Roberto Jesús BarcalaTwitter, Catedrático de Socorrismo en la Facultad de Ciencias del Deporte de Pontevedra. «Pero esto solo ocurre en el cine y la televisión». Por eso, explica Barcala, hay que cambiar la forma en la que la sociedad percibe cómo se desarrolla un ahogamiento: «Hay que educar a las personas para que busquen otros indicios».
Las escenas de ahogamientos que nos muestran series y películas no encajan en este patrón. Solo corresponden a un tipo de ahogamiento concreto en una fase concreta. «Si eres un nadador que domina el medio acuático y tienes un calambre, puedes pedir ayuda durante un tiempo», señala Barcala. «Pero ese no es el patrón habitual». Sin embargo, este proceso, más dramático y espectacular, es el que llevan reflejando la tele y el cine desde Los vigilantes de la playa.
Si observas a alguien pidiendo ayuda a gritos y agitando los brazos, como en los casos anteriores, es muy probable que se trate de un nadador experto que ha sufrido una patología previa, como un calambre o un tirón, y se encuentre en distrésDistrésEn el campo de la medicina, el distrés (en francés: détresse; en inglés: distress; en árabe: ضائقة) o estrés negativo es un estado de angustia o sufrimiento en el cual una persona o animal es incapaz de adaptarse completamente a factores amenazantes o de demanda incrementada, en otras palabras, es la «inadecuada activación psicofisiológica que conduce al fracaso». Es un tipo de estrés crónico o nocivo que puede llegar a durar meses e incluso años. Wikipedia acuático. Esto indica que está muy cerca de ahogarse.
La respuesta instintiva de ahogamiento (IDR, por sus siglas en inglés) es lo que la gente hace para evitar la asfixia real o percibida en el agua. Se caracteriza por los siguientes comportamientos:
Respecto a la edad, más de la mitad de las víctimas en 2022 eran personas de 50 años o más (un 55%). Esto se debe a que, muchas veces, el ahogamiento es la consecuencia de una patología previa (un infarto, una lipotimia, un tirón) que puede tener más incidencia en personas de edad avanzada. En el otro extremo de la tabla, fallecieron 23 niños menores de cinco años. Estos datos evidencian que los ahogamientos suceden en cualquier rango de edad, aunque en menor medida entre los niños y los mayores de 85 años.
El 65% de ahogamientos se concentran en la franja horaria que va desde las 12.00 del mediodía a las 20.00 de la tarde, al ser los momentos más calurosos y en los que más gente se baña. Las horas previas a la comida (desde las 12:00 hasta las 14:00) son las más peligrosas; en 2022, el 19% de las muertes por ahogamiento se produjeron en esa franja. En este caso, hay que hacer una diferenciación por edad. «Los menores de cuatro años se ahogan mayoritariamente entre las tres y las seis de la tarde», destaca Barcala. «Es por falta de supervisión, coincide con las sobremesas de los adultos». Este dato explica la importancia de la vigilancia constante y activa en caso de menores. Algunos expertos aconsejan designar un «vigilante del agua» entre los adultos, cuando coinciden varias familias juntas y todos se confían al asumir que alguien estará atento.
Visto y leído en El País → Sin gritos de ayuda ni chapoteos: guía visual para reconocer que alguien se ahoga