18/04/2024

Escándalos reales: Jorge II

Jorge II, además de la corona, heredo los gustos de su padre:

El estándar del gusto del rey, tal y como demuestran sus amantes, exige que todas sus pretendientes… se obliguen a engordar, como las ranas de la fábulaAl final de la entrada está la fábula, para el que no la sabe, como era mi caso., para rivalizar con la envergadura y la dignidad del buey. Algunas tienen éxito, y otras… revientan. […] Ninguna mujer llama su atención, a no ser que fuera muy diligente y muy gorda.

Sufría lo que se conoce como Anastimafilia, de lo que se burló un contemporáneo como hemos podido leer.

PODRÍA INTERESARTE
FILIAS, PARAFILIAS Y FOBIAS

jorge_ii_1755-1767_1

Su reina, Carolina de AnsbachLa margravina Carolina de Brandeburgo-Ansbach fue la mayor de los tres hijos del margrave Juan Federico de Brandeburgo-Ansbach y de la princesa Leonor Edmunda de Sajonia-Eisenach, su segunda esposa. La margravina Carolina de Brandeburgo-AnsbachWikipedia, apoyaba el interés lascivo de Jorge buscándole amantes por sí misma, aunque eligiendo mujeres más fea que ella. Durante las épocas que el rey pasaba en su reino natal, Hannover, mantenía a su mujer al tanto de sus escarceos amorosos. En sus misivas, le describe con todo lujo de detalles con tanto detallismo y explicaciones que algunas de las cartas llegaban a pasar las treinta páginas. Una de sus amantes, Madame von Waldomen, llego a tenerle tan encandilado que acabo llevándosela a Inglaterra. «Debes de amar a Walmoden puesto que ella me ama a mi», le escribió a la reina, entusiasmado.

Los ingleses se divertían tanto con las peripecias de su rey actual, como con su padre, que en una ocasión un caballo desbocado por las calles de Londres y en el lomo había un cartel que tenía escrito:

Que nadie me detenga. Soy el transporte del rey Hannover, que va a traer a Inglaterra a su majestad y a su furcia.

Una curiosidad del rey Jorge II era que tenía una “cama viajera” hecha en 1716. Era muy sencilla en comparación con las que usaron otros monarcas, pero práctica. Estaba compuesta por 56 partes que se desarmaban con facilidad, lo que revela que el rey y su corte viajaban con bastante frecuencia. La cama iba de Inglaterra a Alemania y viceversa, en ocasiones, incluso llegó al campo de batalla.

La relación entre Jorge II y su hijo, Federico, príncipe de GalesAl subir al trono su abuelo como Jorge I en 1714, sus padres tuvieron que salir del país rumbo a Inglaterra dejando en Hannover a Federico, de apenas 7 años de edad, y al que no volvieron a ver hasta que llegó a Inglaterra en 1728 siendo ya un adulto. Federico de Gran Bretaña, Príncipe de GalesWikipedia, no eran muy amables que digamos:

Nuestro primogénito es el mayor cretino, el mayor mentiroso, el mayor canalla y la mayor bestia del mundo, y desearíamos de todo corazón que no fuera así.

comento el rey en una ocasión, refiriéndose a su hijo. Jorge I había querido que su nieto contrajera matrimonio con la princesa Guillermina de PrusiaNacida en Berlín, Guillermina compartió una infancia desgraciada con su hermano, Federico el Grande de Prusia, a quien profesó un afecto y confianza que duró toda su vida, con la excepción de un breve período. Guillermina de PrusiaWikipedia, pero en cuanto Jorge II ascendió al poder, la unión quedó en nada. Sus súbditos ingleses, con su hijo a la cabeza, se burlaban de su fuerte acento, de su Corte demasiado formal y de sus desenfrenada lascivia. «No creo que juntar a mi estúpido hijo con una mujer loca sea bueno para mejorar nuestro linaje», explico el rey.

federico_principe_de_galesEl príncipe Federico sentía la misma estima por su padre, al que definía como «un obstinado y auto indulgente puritano con un insaciable apetito sexual». Al igual que su padre, el rey se convirtió en tema de burla en el círculo de íntimo de las amistades del príncipe. Y era cierto ya que la actitud de su padre, un obseso del orden y de la puntualidad había convertido la corte en uno de los sitios más aburridos de toda Europa. Una vez un lord, en concreto lord Harvey, explicó: «Ni los caballos de molino [esos que giran en redondo para hacer mover la rueda de la muela] siguen una senda tan fija, tan inamovible». Esto hizó que los que no se divertían en la corte de Jorge II se decidieran por la corte alternativa del príncipe Federico.

Para intentar desprestigiar a su hijo, el rey Jorge le disminuyo su asignación. Y como hizo el abuelo de Federico, su padre decidió también designar como enemigo a cualquiera que mantuvieras relaciones de cualquier tipo con él. Pero el príncipe de Gales consiguió atraer a la élite de Londres para satisfacer sus desmanes y enfurecer a su padre. El rey Jorge no mostró jamás una mota de pena cuando su hijo murió en 1751.

La verdad es que Jorge II nunca inspiro demasiada confianza y respeto. La verdad es que era un valeroso guerrero, el fue el último monarca inglés en conducir tropas en batalla, el rey de origen alemán parecía incapaz de acabar con el aura de estuporAsombro o sorpresa exagerada que impide a una persona hablar o reaccionar. que le rodeada. Incluso la muerte del rey, en 1760, resulto indigna: el pobre Jorge murió estando sentado en el váter.

Una de las anécdotas más conocidas se basaba en el romance entre Lady Deloraine y Jorge II que era un secreto a voces y a pesar de que la reina consorte era conocedora de esos devaneos hacía la vista gorda como si ignorase el asunto. Una tarde de octubre de 1742, mientras la condesa de Deloraine jugaba una partida de cartas con algunos miembros de la Familia Real, una de las damas de la corte apartó sin querer la silla en la que se encontraba sentada con tal mala fortuna que la hizo caer de culo al suelo.

Todos los presentes quedaron enmudecidos excepto Jorge II que se echó a reír jocosamente. Esto enfureció a la amante del monarca quien, tras incorporarse, se dirigió hasta donde estaba sentado el rey y le quitó bruscamente la silla, provocando con ello que cayese estrepitosa y dolorosamente al suelo, soltando a continuación una sonora carcajada. Tras esto, la condesa salió enfurecida de la sala de estar, pero esa sería la última vez que sus pies pisarían el palacio, ya que al rey no le hizo ni pizca de gracia que Lady Deloraine lo tirada al suelo y mucho menos que se riera de él, por lo que la repudió como amante y mandó echarla de Kensington sin poder volver nunca más.

LA FÁBULA DE LA RANA QUE QUISO…
Una rana que se encontraba en una charca vio un día acercarse a un buey a beber un poco de agua, y le llamo la atención el gran tamaño del animal. La ranita era muy pequeña, no mas grande que un limón, y al ver al corpulento buey se lleno de envidia y decidió hincharse hasta igualarlo en tamaño.

La ranita mientras se iba hinchando les preguntaba a sus compañeras:

─¿Me hinché bastante para igualarlo? ¿Ya soy tan grande como él?

─No

─¿Y ahora?

─Tampoco

─¡Ya lo logré!

─¡Aún estás muy lejos!

Y la pobre rana se hincho tanto, que reventó.

MORALEJA
El mundo esta lleno de mediocres, que por envidia, se muestran ante los demás como grandes señores.

ÉCHAME UN CABLE
EN PATREON

ESTA ECHO PRIMO