
Lo que él quizás no sabía es que había una prueba relativamente sencilla para comprobar de forma consensuadaConsensuarDe consenso. Conjug. c. actuar. → 1. tr. Adoptar una decisión de común acuerdo entre dos o más partes. de que los dígitos de pi eran completamente aleatorios, de manera que cada una de las cifras, del 0 al 9, le debería corresponder más o menos a una décima parte de los dígitos del valor calculado de pi. Así, el valor de Shanks debería presentar unos 77. Pero en el resultado de Shanks había una carencia de sietes.
No fue hasta finales de 1945 cuando se descubrió la causa: Shanks había cometido un error por el cual eran incorrectos todos los dígitos posteriores al de la posición 527, lo que realmente se traducía en que había malgastado tres años de su vida.
En enero de 1998, los astrónomos presentaron a la opinión pública que el universo se expande, y que cada vez lo hacía a una velocidad mayor. Esta idea se ha visto respaldada desde entonces por datos de otras fuentes. Lo que quiere decir que en el universo actúa una fuerza anti gravitacional que impulsa la expansión cósmica en lucha con la ley de la gravedad. El gran problema es que, hasta el momento, todas las tentativas para calcular la potencia de la fuerza cósmica ha sido hilarantementeHilaranteDel lat. hilărans, -antis, part. pres. act. de hilarāre «alegrar, regocijar». → 1. adj. Que inspira alegría o mueve a risa. erróneas: alrededor de un factor 10110 superior a lo que podría ser en realidad.
La respuesta científica, distinta a la habitual de considerarlo una majadería, se basa en el efecto vela, por el que la ropa de las víctimas se prende accidentalmente y actúan como el pabilo de una vela, calentando el cuerpo hasta temperaturas en que la grasa corporal se derrite y actúa como combustible durante horas. John de Haan, experto forense americano en incendios, probó en 1999 con el cadáver de un cerdo que una vela podía generar temperaturas superiores a los 760º C. Aunque puede que explique la combustión, no explica nada sobre la rapidez. Parece que en la actualidad los científicos quieren creer que es un fenómeno auténtico, pero quedan muchas lagunas por explicar.
MISTERIOS SIN RESOLVER: COMBUSTIÓN HUMANA ESPONTÁNEA
Se producen muchos errores a la hora de pitar el fuera de juego y la raíz del problema es que el equipo arbitral debe juzgar la posición del atacante, de la pelota y del último defensa, todos en posición distinta al mismo tiempo. Esto no es una tarea fácil, y las investigaciones sugieren que se equivocan alrededor de un 20 % de las ocasiones.
Pero parece que tiene difícil solución a no ser que utilicemos tecnología. Mientras tanto, lo que pasa es que nuestra visión nos juega una mala pasada y basa su percepción en una ilusión óptica que se puede comprobar fácilmente. Coja dos objetos alargados y estire los brazos hasta alinearlos de forma que uno se oculte detrás del otro. Si el objeto a mayor distancia fuera el atacante que acaba de recibir la pelota, no se encontraría en fuera de juego. Ahora inclinemos la cabeza un poco a la derecha y comprobemos de nuevo. El atacante —el bolígrafo más alejado— parece estar adelantado, lo que realmente es que está más lejos y, por lo tanto, parece fuera de juego. Así, cualquier árbitro que mire hacia atrás en dirección a los jugadores y que tenga al atacante más adelante corre el riesgo de pitar un fuera de juego equivocado. Los asistentes de banda, exactamente igual, tienen que comprobar que en el momento en el que el jugador 1 pasa la pelota al jugador 2 y a la vez comprobar si están en línea con una diferencia de decenas, cuanto menos, de metros, ¿complicado no?