Pero aunque según esta anécdota parece desenvuelto, lo cierto es que más de una vez las damas conseguían sacarlo de sus casillas, a lo que el pintor respondía de una forma muy especial. Se escondía detrás de un biombo que había en su estudio y desde allí profería muecas, les enseñaba a lengua como si fuera un niño pequeño enrabietado. Por lo visto era su método para destensar los nervios.
Trabajaba en los acantilados de EtretatÉtretatWikipedia con seis o siete lienzos y según condiciones climáticas, luz u oscuridad cambiaba de cuadro para reflejar el momento exacto. Una anécdota curiosa sobre la actitud del pintor francés fue que estaba pintando un cuadro de un árbol y a causa del mal tiempo tuvo que dejar de hacerlo. Cuando volvió el árbol había florecido y estaba lleno de flores y hojas de tonos verdes y amarillos intensos. Pidió al alcalde del pueblo que arrancaran cada hoja y flor del árbol y cuando considero que estaba como él lo había dejado, comenzó de nuevo a pintarlo.
- Usar pintura fosforescente y clorato de cobalto para que los colores cambiaran continuamente.
- Hacer esculturas de algodón, fibra de vidrio y piel de conejo.
- Puso su huella dactilar en huevos duros y permitió que los espectadores se los comiesen, convirtiendo a su vez a los glotones en contenedores de obras de arte y, por lo tanto, obras de arte en si mismas.
- Fotocopias de sus huellas dactilares.
- Con «Aire de Artista», Manzoni infló varios globos con su propio aire. Al ser aire respirado por un artista, eso hacía que los globos se convirtieran de por sí en obras de arte.
- Creo una peana universal del arte, la cual convertía en arte todo objeto que fuera sustentado por la peana.
Pero sin duda, su obra maestra se llamó MIERDA DE ARTISTA .
Corría 1961 cuando en unas latas de 5 centímetros de alto y 6,5 centímetros de diámetro encerró 30 gramos de su mierda. Creo 90 de estos contenedores de arte y los etiqueto en varios idiomas: inglés, francés, italiano y alemán. El precio de cada lata iba en relación con la cotización del oro del día. Se sabe que la primera lata se vendió por 960 dólares de la época. Él mismo decía:Los recipientes han llegado a subastados por más de 100 000 euros (130 000 dólares). Y algunos de los adquiridos con el paso de los años han explotado en casa de sus dueños. Todo un espectáculo, si señor.