
En la parroquia de los Santos Juanes —llamada popularmente de los Pillos— fueron bautizados, entre otros valencianos ilustres, Juan Navarro Reverter, el Marqués de Campo, el Primado Reig, el Cardenal Benlloch, el pintor Martínez Cubells y el charlista Federico García Sanchis, y fue enterrado en ella el pintor Francisco Ribalta.

Los de Valencia del Cit
tienen por gala y virtut
pronunciar con acritut
por no hacer como en Madrit.
Los valencianos replicaron señalando la característica de los madrileños:
En Madriz, villa y ciudaz,
tienen por honra y por prez,
el beber sin tener sez
y hablar sin necesidaz.

Alfonso XIII por Fernando Díaz-Plaja
Durante cierto tiempo, únicamente la calle del Mar tuvo ese privilegio y, cuando los vecinos de la plaza del Mercado y Tossal quisieron celebrar de igual forma la fiesta vicentina, representan do alguno de sus milagros, tuvieron un largo pleito que la Audiencia falló en favor de la calle del Mar. Posteriormente, en 1810, se estableció la plena libertad para levantar tales altares, que proliferaron en las calles de Valencia el «día de San Vicente».
En la actualidad, sólo se conserva esta tradición en las plazas del Mercado, de la Virgen, del Pilar, del Carmen, en el Tossal y la calle del Mar, que fue el primero y el mas popular por su cercanía a la Casa Natalicia de San Vicente Ferrer. También, en Ruzafa se levanta un altar y se representan los milagros del santo. Un comerciante de la calle del Mar, cuya tienda quedaba tapada por el estrado sobre el que se representaba el «miracle», hizo famosa una cuarteta que decía:
«Vixca Sant Vicent Ferrer
vixca el carrer de la Mar,
i vixca la xoricería
que hi ha darrere l’Altar..!»