—Lo siento, Sr. Embajador, esos chicos jóvenes, ya se sabe… ¿Quiere que le mande más policías?
A lo que el británico contestó con toda lógica:
—No, ¡lo que quiero es que me mande menos estudiantes! —y le colgó el teléfono.
Según testigos de la época, empezando por el primo y secretario de Franco, Francisco Franco Salgado-AraújoFrancisco Franco Salgado-AraújoWikipedia, al generalísimo no le gustaba nada su yerno, Cristóbal Martínez-BordiúCristóbal Martínez-Bordiú y OrtegaWikipedia, el marqués de Villaverde. En lo importante le molestaba sus correrías extraconyugales conocidas de todos. En una ocasión, por ejemplo, se le vio en Casa Moreno de Marbella, bailando con un adolescente, mientras en televisión aparecía ese mismo día su esposa Carmen acompañando protocolariamente a sus padres, que presenciaban una fiesta folclórica en el parador de Bayona en Galicia.
En lo pequeño de irritaba su pedantería al hablar. «Como tú lo sabes todo», le dijo un día molesto. Además, no soportaba su impuntualidad, sobre todo en el verano cuando mientras todos le esperaban para almorzar en la tortilla del Azor, el yate de Franco, él surcaba alegremente el mar haciendo esquí acuático.
Pero la frase más fuerte de Franco que se cita al respecto fue la que pronunció en una discusión sobre la inclinación de la nieta María del Carmen por el joven Rivera. Cuando su madre aventuró que quizá había que respetar la elección de la joven, el Caudillo soltó: Sí, como hiciste tú y mira cómo te ha salido.
En este aspecto la historia se repetía de forma inquietante. Macarena Chávarri, una amiga muy relacionada con la familia Franco, contaba la impresión que le produjo oír en Puerta de Hierro al pretendiente de María del Carmen decir irónicamente, aludiendo a Cristóbal Villaverde, que le miraba de lejos sin ningún afecto: «Lo siento. Tengo que ir a saludar a mi futuro suegro que se muere de ganas de hablar conmigo». «Mira —le dijo Macarena—, pues como en el Túnel del TiempoEl túnel del tiempoEl túnel del tiempo (The Time Tunnel, en inglés) es una serie de televisión y culto estadounidense de 30 episodios, del género ciencia ficción. Se transmitió entre el 9 de septiembre de 1966 y el 7 de abril de 1967. Irwin Allen fue el creador y productor. La serie trata de las aventuras de dos científicos que viajaban a través del tiempo. Wikipedia —serie televisiva muy popular en la época—, me lo dijo exactamente igual, con el mismo tono sarcástico que Cristóbal Villaverde había utilizado 20 años antes refiriéndose a Franco».
Como norma general se advierte que ante la guerra entre países civilizados, el tono de la prensa ha de ser absolutamente neutral y objetivo. Ante los países de Oriente, no» (16 de agosto de 1944).
Ante esta maniobra los enemigos del régimen lanzaron octavillas clandestinas con este mensaje: «Votar sí es votar por la continuación de la dictadura. Votar no es votar también por la dictadura». Por lo que la única forma en la que podrían mostrar los españoles su animadversión al régimen era la abstención.
No lo consiguieron. Eran unos centenares de octavillas contra toda la prensa, radio y la incipiente televisión en bombardeando masivamente a los españoles durante semanas, recordando la paz que gozaban con el régimen y las consecuencias que tendría hundir el barco en que navegaban. El resultado fue el previsto. Un sí de dieciocho millones y medio y menos de 300 000 votos en contra. Se comentaba que las precauciones gubernamentales estaban tomadas para alterar un resultado negativo pero no hizo falta. Bastó con la masiva propaganda oficial. Años después, un militar retirado, comentó que había visto el expediente de un sospechoso acusado de «Rojo» con una significativa nota adosada: «Voto no en el referéndum». Su decisión había quedado para siempre en su curriculo como un sello infame.
Ramón franco, hermano del Generalísimo, había salido clavadito a su padre Nicolás: frívolo, simpático y desvergonzado. Por el contrario, Francisco, era el vivo retrato de su madre: austero, serío y trabajador. Ramón tras ayudar eficazmente al Generalísimo durante la guerra en el aspecto diplomático, aceptó el cómodo y cercano puesto de embajador de España en Portugal, que le permitía compaginar sus deberes políticos con sus negocios en Madrid y sus distracciones sociales.
Se cuenta que en una ocasión alguien que enseñó malévolamente al Caudillo una revista en la que aparecían Nicolás con una joven rubia en bikini (en España entonces era obligatorio el bañador) tumbados en la playa de Cannes . Franco respondió al anzuelo tendido con una escapatoria típicamente gallega: «Me parece que mi hermano engordado últimamente».
Esa falta de rigidez en la moral se acompañaba también de una mayor comprensión en la política y un buen sentido común. Cuando Franco estaba a punto de firmar las últimas sentencias de muerte de su vida, en 1975, Nicolás le envió una carta que ha sido después publicada, en las que le aconsejaba, tanto por consideraciones humanas como políticas, pues adivinaba la repercusión que el hecho tendrían el extranjero, que no llevara a término la sentencia. Franco, naturalmente, no le hizo caso y las consecuencias fueron las previstas por el antiguo embajador mismo.