No todas las Olimpiadas son un éxito, pero los Juegos Olímpicos de 1904, celebrados en San Luis (Missouri), se llevaron el oro en lo que respecta a los peores juegos de la historia. Para ser justos, los Juegos Olímpicos tal y como los conocemos hoy en día eran completamente nuevos, ya que el Comité Olímpico Internacional (C.O.I.) no se creó hasta 1896, y los de 1904 fueron sólo los terceros que se celebraron desde el final de los antiguos Juegos Olímpicos en el siglo IV. Aun así, la hilarante catástrofe del evento deportivo parece que podría haberse evitado fácilmente con una planificación básica y algo de sentido común.
Pero eso fue sólo el principio de la desdicha que pronto se abatió sobre los corredores de la Maratón Olímpica de 1904. Sólo 14 de los 32 terminaron, ya que la mayoría se rindió por agotamiento. John Jordan, el ganador del maratón de Boston, no llegó ni a una milla antes de vomitar y caer al suelo. William García fue encontrado en el kilómetro 19, tosiendo sangre debido a daños en el esófago y el estómago por todo el polvo de los caminos rurales sin pavimentar. Estuvo a punto de morir de camino al hospital. Incluso los que consiguieron terminar la carrera no lo hicieron sin consecuencias. Los corredores de la tribu TsuanaTsuana es el nombre de una etnia en el sur de África también conocida como tswana. También son llamados batsuana en plural. Wikipedia, Len Taunyane y Jan Mashiani, los primeros competidores olímpicos africanos de la historia, quedaron en noveno y duodécimo lugar respectivamente, pero hay que recordar que Mashiani fue perseguido por un agresivo perro callejero durante más de una milla (1,6 km).
Según lo planeado por James Sulllivan, el principal organizador de los Juegos Olímpicos de 1904, solo había dos lugares donde los atletas podían refrescarse e ingerir agua, desde una torre de agua ubicada en la marca de seis millas (algo menos de 10 km) y un pozo en la carretera a 12 millas (algo menos de 20 km).
Félix CarvajalFélix de la Caridad Carvajal y SotoWikipedia era quizás el favorito para ganar, bien conocido en su momento por haber corrido toda la longitud de Cuba, pero fue presa de los vicios de la liberación total al aterrizar en Estados Unidos y perdió todo su dinero en las casas de juego de Nueva Orleans. Louis, perdió todas sus pertenencias y tuvo que correr el maratón ropa de calle, inadecuada a todas maneras y que incluía una boina.Con solo cinco pies (1,52 m) de altura, presentaba aún una figura elegante en la línea de salida, ataviado con una camisa de vestir blanca de manga larga, pantalones largos y oscuros, una boina alegre y un par de botas de cuero resistentes. Un compañero olímpico afortunadamente se compadeció de él, localizó unas tijeras y cortó los pantalones de Carbajal a la altura de la rodilla para darle mayor movilidad, y un pequeño respiro del calor abrasador y la humedad.
Se presentó justo antes de que empezara la carrera y, tras haber comido poco durante el viaje, empezó a pedir comida a los espectadores que estaban presenciando la carrera y a los vehículos que pasaban también. Finalmente robó de un huerto algunos melocotones y manzanas, que resultaron estar podridas. La acelerada ingesta le provocó calambres en el estómago y tuvo que echarse a dormir una siesta en mitad de la carrera. Sorprendentemente, aún así terminó y quedó en cuarto lugar.
El verdadero ganador de la carrera fue Thomas Hicks, de profesión payaso, que tuvo que ser ayudado a cruzar la línea de meta porque el genial plan de su entrenador para eludir la regla de «no beber agua» consistía en darle un brebaje hecho de claras de huevo, brandy y estricninaSustancia venenosa de sabor amargo que se extrae de la nuez vómica y otras plantas; se emplea en la elaboración de medicamentos para la estimulación del sistema nervioso, combatir la anorexia, etc. (ya sabéis, veneno para ratas). En esa época, dosis pequeñas de estricnina se usaban comúnmente como estimulantes y, por supuesto, en esos días no había reglas de ningún tipo con respecto a las drogas para mejorar el rendimiento. Al parecer, estuvo alucinando durante la mayor parte del último tramo del maratón y se desplomó justo después de cruzar la línea de meta, pero bueno, el oro olímpico es el oro olímpico.
La ciudad de San Louis dejó tantocada la reputación de las Olimpiadas que éstas se repitieron en 1906 en el lugar original de Atenas, Grecia. Por suerte, los Juegos de Londres de 1908 fueron un éxito, y así comenzó el verdadero legado de los muy respetados y extremadamente competitivos Juegos Olímpicos que hoy conocemos y amamos.
Aunque hubo momentos de verdadero triunfo, acordes con los elevados objetivos del movimiento olímpico moderno, como el gimnasta George EyserWikipedia que ganó seis medallas, incluidas tres de oro, a pesar de competir con una pierna de palo.