28/03/2024

Chistes que parecen historias reales

EL CONTESTADOR DEL PSIQUIÁTRICO
Gracias por llamar al Instituto de Salud Mental, la compañía más sana para sus momentos de mayor locura.

  • Si usted es obsesivo-compulsivo, pulse repetidamente el número 1.
  • Si usted es codependiente, pídale a alguien que pulse el número 2 por usted.
  • Si usted tiene múltiples personalidades, pulse el 3, 4, 5 y 6
  • Si usted es paranoico, nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y sabemos lo que quiere, de modo que espere en línea mientras rastreamos su llamada.
  • Si usted sufre de alucinaciones, pulse el 7 en ese teléfono gigante de colores que Vd. (y sólo Vd.) ve a su derecha.
  • Si usted es esquizofrénico, escuche cuidadosamente y una pequeña voz interior le indicara qué número pulsar.
  • Si usted es depresivo, no importa qué número marque. Nada conseguirá sacarlo de su lamentable situación.
  • Si usted sufre de indecisión, deje su mensaje después de… escuchar el tono… o antes del tono…. o después del tono… o durante el tono… En todo caso, espere el tono.
  • Si tiene la autoestima baja, por favor, cuelgue. Todos nuestros operadores están atendiendo a personas más importantes que usted.
  • Pero, si su crisis se debe a que usted, votó a Rajoy…….. JÓDASE Y CUELGUE. Aquí atendemos locos, no imbéciles.
EL SHOW DE JOSÉ EL NEGRO

Una pareja que va de luna de miel al Caribe. Todo espectacular. Una noche va paseando y ven un cartel:

—¿Entramos, mi amor?—, dice ella.

Y entraron al show. En el escenario había músicos caribeños tocando, y unas chicas muy bonitas que colocan en el centro una pequeña mesa. La música se escucha pegadiza y de pronto entra él, ¡El negro José!

Un hombre musculoso, bailando pegadito con las muchachas al son de la música. Se acerca a la mesa y coloca sobre ella 5 nueces. Seguidamente, se baja sus pantalones y saca 30 centímetros de pene erecto, y ¡pan!, ¡pan!, ¡pan!, ¡pan!, ¡pan! ¡¡¡Rompe las 5 nueces!!!

La gente aplaude a rabiar. Ellas se van entusiasmadas y ellos muy impresionados, no pudiendo disimular cierta envidia.

Pasan los años, y 25 años después la misma pareja se dispone a volver al Caribe para celebrar las bodas de plata.

—Mira mi amor, sigue el cartel de “EL INCREÍBLE SHOW DEL NEGRO JOSÉ”, ¿entramos?

El local era mucho más lujoso, pero el show parecía el mismo: los músicos, las chicas, la mesa … Y de pronto, ¡entra el negro José!

Tenía canas, pero seguía siendo musculoso. Luego de bailar pegadito con las muchachas, se acerca a la mesa y sobre ella coloca 5 cocos. Seguidamente, saca su pene y … ¡Pan, pan, pan, pan, pan! ¡¡¡Rompe los 5 cocos!!!

La gente aplaude entusiasmada, y el marido dice:

—Mi amor, voy a saludar a ese negro.

Llama a la puerta del camerino y abre el negro José, muy simpático.

—Lo felicito, ¡¡es usted un genio!! Pero, permítame una pregunta: Antes usted usaba nueces y ahora cocos, ¿por qué?

El negro José, bajando la cabeza y con voz en tono de vergüenza, dice:

—Mire usted, es que, con los años, la vista ya no es la misma…

¿CONOCEN A JESUCRISTO?

Unos alienígenas visitan la Tierra y resultan ser muy amigables. Los líderes del mundo se reúnen con ellos para participar en un foro en el que podrán hacerse preguntas frente a las cámaras de televisión.

Durante el foro, el Papa charla con el líder de los extraterrestres:

—Me pregunto si ustedes han oído hablar de Jesucristo.

—¡Claro que sí! —exclama el líder alienígena—. Visita nuestro planeta más o menos cada dos años. ¡Es un amigo fantástico!

—¿Cada dos años? —replica el Papa, indignado—. ¡Nosotros todavía esperamos su segunda venida!

En un intento por calmar al pontífice, el extraterrestre comenta:

—Quizá sea porque no le gustaron mucho sus chocolates…

—¿Qué tienen que ver los chocolates con todo esto? —contesta el Papa, aún más irritado.

—Bueno, es que cuando visita nuestro planeta, nosotros le damos de regalo unas cajas enormes de chocolates —explica el alienígena— ¿Qué hicieron ustedes cuando vino aquí a la Tierra?

¿ESTÁ LA SEÑORA?

Suena el teléfono de la lujosa mansión de la emperifollada Marioles de los Monteros y contesta la mujer del servicio doméstico…

– ¿Está la señorita de los Monteros?

– Sí, pero ahora mismo está cagando.

– ¡Oh, oh, disculpe!

Días después, Marioles se encuentra con la amiga que le había llamado y le dice:

-¡Ay! Querida, tú te las darás de ser muy fina y de mucha alcurnia, pero lo que es tu servicio es de lo peor.

– ¿Por qué me dices eso?

– Es que hace unos días te llamé por teléfono y me respondió una ordinariez.

Y le contó lo que le había pasado en la llamada anterior.

— ¿Te imaginas cuando te llame tu prometido el millonario ese?

– Ay no, ¡me muero…!

De regreso a su mansión, Marioles regaña a la sirvienta.

– Pompilia ¡Cuando vuelvas a contestar una llamada y yo esté en el baño, di que estoy en una reunión! ¿Me entendiste?
– Si señorita.

Al rato suena el teléfono, y dicen:

– ¿Está la señora Marioles? Por favor.

– Ahora no puede contestar, acaba de entrar a una reunión.

– ¿Y tardará mucho?

– Pues no creo,… porque ya se iba tirando pedos por el pasillo!

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