─¿Y qué culpa tiene el pollo? ¿Por qué no matamos a tu hermano que fue el que nos presentó?
─¿Y por qué quieres que cierre los ojos?
─Porque papá ha dicho que cuando tu cierres los ojos, seremos millonarios.
Tuve la desgracia de casarme con una viuda. Ella tenía una hija. De haberlo sabido, nunca lo hubiera hecho. Mi padre, para mayor desgracia, era viudo. Se enamoró y se casó con la hija de mi mujer, de manera que mi mujer era suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en mi madre y mi padre al mismo tiempo era mi yerno. Al poco tiempo mi madrastra trajo al mundo un varón, que era mi hermano, pero era nieto de mi mujer de manera que yo era abuelo de mi hermano. Con el correr del tiempo mi mujer trajo al mundo un varón que como era hermano de mi madre era cuñado de mi padre y tío de sus hijos. Mi mujer era suegra de su hija. Yo, en cambio, soy padre de mi madre, y mi padre y su mujer son mis hijos. Además, yo soy mi propio abuelo.
Sr. juez: Me despido del mundo porque no sé quien soy. El cadáver.
<span class="su-quote-cite">EL CADÁVER</span>He aprendido que la marihuana no daña a nadie y la vamos a cultivar para nosotros y nuestros amigos, ya que ellos nos proporcionan toda la droga que necesitamos.
Respecto al dinero, voy a trabajar en las películas que unos amigos ruedan en su sótano. Por lo visto puedo ganar 50 euros por escena grabada; No te preocupes mamá, ya tengo 15 años y sé cómo cuidar de mi misma…
Algún día os visitaré para que podáis conocer a todos vuestros nietos. Con cariño, vuestra querida hija.
P.D.: Papi, que es una broma. Estoy viendo la tele en la casa de la vecina. ¡Sólo quería demostrarte que hay cosas peores en la vida que mis notas. ¡Por cierto, las tienes en este mismo sobre!
La respuesta del padre…
Al explicarle el caso a nuestro abogado, nos ha recomendado que hagamos uso de la figura del repudio, así que has dejado de ser nuestra hija y te hemos quitado del testamento.
Hemos tirado a la basura todas tus cosas y hemos habilitado tu habitación como despacho. También hemos cambiado la cerradura de la casa por lo que tendrás que buscarte otro alojamiento, y no intentes pagar con tarjeta, porque hemos cancelado tu cuenta en el banco.
Usaremos tu dinero y lo que hemos han dado por tus joyas, tu equipo de música y el ordenador para pagar el tratamiento y la medicación de tu madre.
Te deseamos suerte en tu nuevo trabajo, pero por si te falla le he hablado de ti a un tío que conocí en la mili; no sé muy bien a que se dedica, pero le he mandado una foto tuya en la playa y me ha dicho que no tendría problemas para colocar a una chica como tú en algún país del Magreb que él conoce.
¡Que seas muy feliz!
P.D.: Esto también es una broma. Estoy en casa con tu madre, que está perfectamente y riéndose a carcajadas. Sólo quería demostrarte que hay cosas peores en la vida que pasarte las próximas cuatro semanas castigada sin salir de casa, por las malas notas, y sin tele ni ordenador, por la bromita…
El chófer sorprendido le da las gracias y se los come con agrado.
Cinco minutos después, la señora repite, el chófer vuelve a agradecerle el gesto y se come los cacahuetes.
Cinco minutos mas tarde, la anciana viene con otro puñado.
El chófer ya no puede comer más y le pregunta:
─Dígame señora, es muy amable por su parte por atiborrarme de cacahuetes, pero ¿usted no cree que, a lo mejor, sus cuarenta amigos y amigas querrían también unos pocos?
─¡¡No se preocupe joven!!, no tenemos dientes para masticarlos y sólo chupamos el chocolate que los recubre.
─Cariño, he tenido un sueño maravilloso. He soñado que me regalabas un collar de diamantes por mi cumpleaños. ¿Qué querrá decir?
─El marido le contesta: «Lo sabrás en tu cumpleaños…»
Llega el día del cumpleaños de la esposa y el marido entra en casa con un paquete en la mano. La mujer, emocionada, se lo quita de las manos, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado: «La interpretación de los sueños» de Sigmund Freud.
─Pues he ido al médico y me ha recetado unas pastillas para la memoria buenísimas.
Matrimonio B:
─¿Y que médico es ese?
Marido matrimonio A a su mujer:
─Esto como se llamaba… esto… si lo tengo en la punta de la lengua…. ¿Como se llama esa Virgen, si hombre, esa que esta en Cataluña y es negra…como se llama….?
Matrimonio B:
─¿Montserrat?
Marido matrimonio A dirigiéndose a su mujer:
─¡Eso es! Montserrat, cariño ¿te acuerdas tú como se llamaba el médico?
─Vaya, ¡otra vez los cuervos se me han comido la cosecha!
─Pero hombre, haz como yo, pon un espantapájaros.
─Si ya lo pongo, pero como si nada.
─Lo que tienes que hacer es pegarle una foto de mi suegra.
─¿Y eso es efectivo?
─Mira, a mi los cuervos no solo no se me han comido la cosecha, sino que me han devuelto la del año pasado.
─¿Me puede decir cómo se llama?
─Pues, es que no me acuerdo.
─A ver, le pondré algunos nombres, y me dice si le suenan. ¿Carlos? ¿Luis? ¿Juan? ¿Antonio?
─No creo que no, ninguno me suena, aunque podría ser uno de esos.
San Pedro, desesperado, va a ver a Jesús, al que le cuenta el caso del anciano. Entonces Jesús acude a hablar con él.
─Mire, le haré unas preguntas, intente recordar, ¿de acuerdo?
El anciano asiente.
─¿En qué trabajabas?
─Creo que era carpintero.
─¿Estabas casado?
─Creo que sí, era una mujer muy buena, casi un santa, creo recordar.
─¿Tenías hijos?
─Sí, uno, pero era muy independiente.
Entonces Jesús llora de alegría, y corre a abrazar al anciano.
─¡Papá, soy yo tu hijo!
Entonces el anciano llora también y exclama emocionado.
─¡Pinocho!