25/04/2024

Frases poco memorables de Ernesto Che Guevara

Ernesto Che Guevara, líder de la revolución tan recordado y adorado por muchos, tuvo reiteradas declaraciones contra lo que predica hoy la izquierda. Sus frases racistas con los negros, despectivas con los homosexuales, antipacifistas, contrarias a la libertad de prensa y a favor de la muerte y la violencia le situarían en nuestro tiempo como un fascista de bota metálica. Recuerdo que hace poco se lo comente a un compañero de Podemos y me dijo que «eso no era posible» y le recomende que empezara a leerlo pues mucho de lo que dijo estaba muy bien pero ciarta parte del CHE es bastante reprobableReprobarDel lat. reprobāre. Conjug. c. contar. ↔ 1. tr. No aprobar, dar por malo..

El líder de la revolución era contrario al pacifismo, a la libertad de prensa y pensamiento y partidario de la muerte y la violencia. Os dejo frases del Che Guevara que le definen –en los términos más irónicos- como el adalid del progreso, el centinela de la libertad y el promotor de los derechos humanos del hombre.

ERNESTO CHE GUEVARA
Político, militar, escritor, periodista y médico argentino-cubano, y entre 1953 y 1959, uno de los ideólogos y comandantes de la Revolución cubana (Rosario, Argentina, 14 de mayo o 14 de junio de 1928 – La Higuera, 9 de octubre de 1967, 39 años).
Los jóvenes deben abstenerse de cuestionamientos ingratos de los mandatos gubernamentales. En su lugar, tienen que dedicarse a estudiar, trabajar y al servicio militar.
Los negros, esos magníficos ejemplares de la raza africana que han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le tienen al baño, han visto invadidos sus reales por un nuevo ejemplar de esclavo: el portugués. El desprecio y la pobreza los une en la lucha cotidiana, pero el diferente modo de encarar la vida los separa completamente.
¡Los jóvenes deben aprender a pensar y actuar como una masa. Es criminal pensar como individuos!
El 18 de febrero de 1957 el guía campesino Eutimio Guerra, acusado de pasar información al enemigo, es enjuiciado por los rebeldes y condenado a muerte. A la hora de la ejecución, sus compañeros no se deciden a pasarlo por las armas, y es cuando el Che se adelanta, extrae su pistola matando de un disparo en la sien a Eutimio, describiendo el acto en su diario de la Sierra Maestra: «…acabé el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola (calibre 32), con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y quedó muerto. Al proceder a requisarle las pertenencias no podía sacarle el reloj amarrado con una cadena al cinturón, entonces él me dijo con una voz sin temblar muy lejos del miedo: Arráncala, chico, tot… Eso hice y sus pertenencias pasaron a mi poder».

Posteriormente Che escribirá en su Diario:

«…ejecutar a un ser humano es algo feo, pero ejemplarizante. De ahora en adelante aquí nadie me volverá a decir el saca muelas de la guerrilla». En una carta a su padre refiriéndose a dicha ejecución escribe: «Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar».
Nunca debemos establecer la coexistencia pacífica. En esta lucha a muerte entre dos sistemas tenemos que llegar a la victoria final. Debemos andar por el sendero de la liberación incluso si cuesta millones de víctimas atómicas”.
Hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa.

Sobre los indios anotará:

«..en este tipo de trenes hay una tercera clase destinada a los indios de la región… Es mucho más agradable el olor a excremento de vaca que el de sus similar humano… La grey hedionda y piojosa… nos lanzaba un tufo potente pero calentito».
Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro”.
¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría. Nuestros soldados tienen que ser así.
Los negros, esos magníficos ejemplares de la raza africana que han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le tienen al baño, han visto invadidos sus reales por un nuevo ejemplar de esclavo: el portugués. El desprecio y la pobreza los une en la lucha cotidiana, pero el diferente modo de encarar la vida los separa completamente.
El negro indolente y soñador se gasta sus pesitos en cualquier frivolidad o en «pegar unos palos».
Ejecutar a un ser humano es algo feo, pero ejemplarizante. De ahora en adelante aquí nadie me volverá a decir el saca muelas de la guerrilla.

Durante la crisis cubana de los misiles en octubre de 1962, el Che apoyó a Fidel en la confrontación nuclear con Estados Unidos. Se quedo decepcionado cuando Khrushchev decidió retirar los misiles, ante la amenaza de una guerra nuclear. Le dijo al reportero británico Sam Russell del periódico socialista Daily Worker que:

si los misiles hubiesen permanecido (en Cuba), los hubiésemos utilizado contra el mismo corazón de los Estados Unidos incluyendo a Nueva York. Nunca debemos establecer la coexistencia pacífica. En esta lucha a muerte entre dos sistemas tenemos que llegar a la victoria final. Debemos andar por el sendero de la liberación incluso si cuesta millones de víctimas atómicas.

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