29/03/2024

El mosquito y porque debemos preocuparnos

el mosquito

Jan Swammerdam (1637-1680) se convirtió en uno de los naturalistas holandeses más célebres. Abrazó con entusiasmo la nueva tecnología del microscopio, volviendo la atención sobre seres que anteriormente se considrraban insignificantes. En 1658, se convirlió en el primero en observar los glóbulos rojos, sin embargo, fue su amor por la entomología que le valió su mayor reconocimiento. Aunque se formó como médico, Swammerdam dedicó gran parte de su energía al estudio de la anatomía y la fisiología de los insectos. Su Historia insectorum generalis fue uno de los primeros tratados que estudiaron a fondo el tema, y fue muy importante para demostrar la continuidad del individuo a través de la metamorfosis, como un asalto a la antigua teoría de la generación esponntánea. En la ilustración aparece la representación de un mosquito visto bajo la lupa.

MOLESTA PLAGA Y ENEMIGO MORTAL
En el otoño de 1999 se fueron revelando poco a poco como un serial en la página principal de los periódicos de Nueva York, los hechos sobre un misterio médico relacionado con una nueva enfermedad transmitida por los mosquitos. En el área murieron grandes cantidades de aves, y algunas personas (ancianos en su mayoría) enfermaron, incluso llegaron a morir. Los especialistas médicos del los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de los EE.UU., y una patóloga en el Zoo del Bronx trabajaron para desentrañar el misterio.

Cuando contactaron por primera con el CDC sobre las muertes humanas en el área de la ciudad de Nueva York, originalmente compararon las muestras con enfermedades conocidas en los Estados Unidos. Se encontró una casi total coincidencia con la encefalitis de San Louis, una enfermedad causada por mosquitos que aparece en los Estados Unidos de tiempo en tiempo. Sin embargo, la Dra. Tracey S. McNamara, directora de patología de la Sociedad para la Conversación de la Naturaleza (Zoo del Bronx), cuanto más pensaba en ello más desconcertada se sentía. Poco antes de estas muertes, había notado que estaban muriendo un número inusual de aves dentro y en los alrededores del zoológico. Los informes de comunidades vecinas sobre muertes de cuervos hicieron que comenzase a pensar que la coincidencia entre las muertes de los pájaros y de los humanos era demasiado evidente como para ignorarla.

Tras realizar pruebas en muestras de aves en el Laboratorio Nacional de Servicios Veterinarios en Ames, Iowa, y tras convencer al laboratorio del ejército para que realizara algunas pruebas más, la Dra. McNamara acudió a la CDC con los datos específicos. No era la encefalitis de San Louis como se había pensado originalmente; se trataba de un virus que nunca antes se había visto en el hemisferio occidental: el virus del Nilo Occidental.

A fecha de 2005, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades han contabilizado más de 16.600 casos humanos y 654 muertes en el país. Aunque originalmente se pensó que la enfermedad solo sería muy suave en la mayoría de los afectados, el CDC informa ahora de que en 2004, casi un tercio de los casos de Nilo Occidental tuvieron complicaciones neurológicas encefalitis o meningitis) . Algunos pacientes sufrieron una parálisis parecida a la de la polio o debilidad severa de los músculos. Un estudio de 2004 realizado por el departamento de sanidad de Chicago se encontró que casi la mitad de las personas que habían contraído el Nilo Occidental estuvieron tan enfermas como para no ir al colegio o al trabajo durante diez días y sufrieron una fatiga que duró un mes. El tiempo medio para volver a la normalidad era de sesenta días.

Todo esto causado por una enfermedad transmitida por los mosquitos que apareció por primera vez en Uganda en 1937 y que nunca se había visto en los EE.UU. antes de 1999.

Más allá de ser un incordio estacional, los mosquitos transmiten docenas de enfermedades devastadoras, y estos insectos de hecho son más que una molestia cuando se va al campo. En una época en la que la comunidad médica ha conseguido erradicar por completo la viruela, parece increíble que un diminuto insecto pueda ser tan efectivo para hacer enfermar a la población ─y el Nilo Occidental es solo una parte de la historia del mosquito─. Según la Organización Mundial de la Salud, unas 500 millones de personas son infectadas con enfermedades transmitidas por mosquitos cada año (malaria, dengue, fiebre amarilla, y diversas formas de encefalitis, incluyendo el Nilo Occidental), y más de 2’5 millones mueren, muchos de ellos niños.

Larvas de mosquito del género Culex (vector de la enfermedad del Virus del Nilo Occidental) en su fase acuática.
Larvas de mosquito del género Culex (vector de la enfermedad del Virus del Nilo Occidental) en su fase acuática.

Las larvas forman grupos densos en el agua estancada. Un cambio en el comportamiento alimentario de los mosquitos ayuda a explicar la creciente incidencia del virus del Nilo occidental en América del Norte. La estructura más oscura en la parte superior central de la imagen es una pupa, un estado más desarrollado de su ciclo vital. Fotografía de James Gathany, CDC.

EL MOSQUITO
Los insectos han estado aquí desde hace 400 millones de años y con el tiempo se han diversificado en unas 5 millones de especies, empequeñeciendo la diversidad de todos los otros animales juntos. Sobrevivieron bien a las extinciones en masa que afectaron a los dinosaurios y a los reptiles marinos hace 65 millones de años. Los científicos informan de que hoy hay unas 2.700 especies de mosquito, y están dispuestas en unos 34 géneros.

Todos conocemos básicamente el aspecto de un mosquito, pero lo que probablemente no sepáis es que los mosquitos pesan 2’5 miligramos y pueden volar a una media de 2’5 kilómetros por hora. (Hace millones de años, los mosquitos tenían tres veces el tamaño actual.) Los mosquitos tienen dos lóbulos vibratorios sobre unos pequeños tallos que les sobresalen del cuerpo como alfileres detrás de cada ala. Son conocidos como balancines, y ayudan a que el mosquito se equilibre durante el vuelo.

Para encontrar a sus víctimas, las antenas del mosquito tienen miles de vellos que perciben la humedad, el ácido láctico, el dióxido de carbono, el calor corporal y el movimiento. El mosquito que pica siempre es hembra; solo las hembras se alimentan de sangre. Una vez que pican, la sangre acciona la actividad ovárica, y tras unos pocos la sangre habrá permitido que ponga varios cientos de huevos. (Los mosquitos pueden poner sus huevos casi en cualquier lugar donde encuentren unos centímetros de agua estancada.) Unas semanas más tarde, los huevos se abren. No te preguntes si los padres mosquitos se preocupan de sus crías: dos o tres días más tarde, los «bebés» son ya mosquitos adultos.

Aunque siempre se nos ha enseñado que hay que respetar a la naturaleza porque los insectos «hacen una labor importante», esto no es verdad en el caso de los mosquitos. No polinizan plantas, no airean el suelo, y no diseminan las semillas, tampoco son hermosos. Baste decir que los mosquitos no tienen virtudes redentoras. Existen como un «milagro de la naturaleza» y para fabricar más mosquitos. ¡Pam! ¡Pam!

Chiste sobre el tamaño del mosquito de Nome en Alaska

«Trabajan mientras duermes en Nome, Alaska». Aunque esta viñeta se rie del tamaño y la abundancia de los mosquitos en Nome, Alaska, el papel de los insectos como transmisores de enfermedades no es nada gracioso.
Fuente: Library of Congress

POR QUÉ DEBERÍAMOS PREOCUPARNOS
Arboovirus es el término utilizado para describir virus transmitidos por artrópodos: virus que son transmitidos a aves y a huéspedes vertebrados (animales con espina dorsal) por insectos que se alimentan de sangre como los mosquitos. (Los artrópodos son invertebrados, como los insectos, arañas y crustáceos, que tienen cuerpos segmentados y apéndices articulados.) Las enfermedades transmitidas por los mosquitos se extienden en parte porque estamos reduciendo sus hábitats, y en parte por el calentamiento del planeta ─los mosquitos portadores de enfermedades pueden moverse a zonas templadas que antes eran demasiado frías para ellos.

Aunque nadie afirma haber localizado el primer mosquito que llegó a los Estados Unidos portando el Nilo Occidental, sí se sabe cómo el Nilo Occidental ─y otros arbovirus─ viajan alrededor del globo. Un descubrimiento bastante sorprendente a partir de un estudio de 1987 es que el mosquito puede sobrevivir en los compartimentos de las ruedas de los aviones que viajan miles de kilómetros entre zonas tropicales y templadas. Aunque «viajar en avión» es una de las formas en las que los mosquitos portadores de enfermedades realizan los saltos transcontinentales, también está el método probado de «muerde y sal corriendo» (el insecto muerde a un huésped y huye, pero el huésped transporta la enfermedad cuando viaja a otra parte del mundo), y los arbovirus se benefician de nuestra sociedad móvil.

Los arbovirus necesitan un huésped (normalmente un pájaro o un pequeño mamífero) en el que mantenerse, y un vector, tal como un mosquito, para infectar otros organismos. Los mosquitos hembra pueden ingerir un virus de un huésped infectado y más tarde pasar la infección por medio de la saliva cuando muerden a otro animal. Si recordamos que en cada país hay muchas clases de mosquitos, tendremos una imagen clara de cómo una infección puede extenderse a través de diversos continentes.

Un hombre de negocios que se encuentra en Venezuela para una reunión, decide dar un paseo por la tarde. Mientras pasea, le muerde un mosquito Aedes aegypti. Al día siguiente termina su trabajo y vuelve a Arizona. Durante el fin de semana no se siente muy bien, pero viene su familia a hacer una barbacoa, de modo que está fuera preparado para hacer hamburguesas cuando es picado por un mosquito de Arizona que recoge el virus del dengue y comienza un ciclo que hará que se extienda por la zona.

LA IMPORTANCIA DE ESTAR «EN GUARDIA»
La llegada de una enfermedad que nunca antes había sido vista en el hemisferio occidental tuvo como resultado que la gente de los Estados Unidos se concienciara de la necesidad de estar en guardia ante otras enfermedades transmitidas por los mosquitos. Estas son algunas de ellas:
Dengue
El dengue es por norma general una enfermedad tropical que provoca fiebres, dolores de cabeza, dolor de articulaciones bastante severo, erupciones y en forma más aguda, hemorragias.

Los peligros del DDT son tan graves que nadie desea que vuelva; sin embargo, durante el tiempo en el que se usó hubo algunos beneficios. El dengue fue casi erradicado, y en los 50, la OMS contabilizaba menos de 1.000 casos al año de la variedad hemorrágica mortal. Entonces se sacó el DDT del mercado y volvió el mosquito con su venganza. Como resultado, el dengue ha pasado de ser un tema zanjado a uno candente, con un aumento del 400 por cien desde los 70. En 2000 hubo más de 500.000 casos en todo el mundo. En los Estados Unidos, el principal portador del dengue es el mosquito Aedes aegypti, y la enfermedad ha sido ya diagnosticada en once estados desde Arizona a Carolina del Norte.

Encefalitis equina del este
La encefalitis equina del este aparece cíclicamente en los Estados Unidos. El virus pasó de los mosquitos a las aves y después de las aves a los mosquitos y a los humanos. La EEE es la clase más seria de encefalitis, una inflamación del cerebro que no puede ser tratada. Es mortal entre el 50 y el 75 por ciento de los casos.
Fiebre del valle del Rift
La fiebre del valle del Rift aún no ha llegado a los Estados Unidos. La mayoría.de los que la sufren tienen síntomas parecidos a la gripe y pueden desarrollar problemas serios en los ojos, hígado y riñones. En los años 30, esta enfermedad mató a diez mil ovejas y se extendió entre los humanos. En Arabia Saudí en 2000, la fiebre mató a unas 100 personas y enfermaron otras 800.
LO QUE DEBE RECORDAR NUESTRA CONCIENCIA GLOBAL
Mientras que en los Estados Unidos se preocupan con el Nilo Occidental o la gripe aviar, lo que a veces no reconocemos es el número de infecciones recurrentes que cada año se cobran un alto número de víctimas en países menos desarrollados. Por ejemplo, la tuberculosis mata a unos 2 millones de personas cada año, y aproximadamente el 40 por ciento de la población mundial está en peligro de malaria, una enfermedad portada por los mosquitos que causa 300 millones de enfermedades graves y al menos 1.000.000 de muertes al año. (Estos datos empequeñecen la gripe estacional, que puede causar unos 5 millones de casos graves y se cobra entre 250.000 y 500.000 muertes al año.) Impone un coste económico de 12 mil millones de dólares en el África subsahariana, la región más duramente castigada.

La malaria se conoce como «fiebre recidiva», por la forma en la que el virus se desarrolla. (La palabra malaria viene del italiano «mal aire», porque se solía pensar que esta enfermedad era causada por el aire de ciénagas y marismas.) Está causada por un protozoo parasítico que causa fiebre, temblores, dolor de articulaciones, vómitos, anemia (causada por la destrucción de glóbulos rojos) y convulsiones.

La infección se extiende cuando el microbio entra en su huésped por la saliva llena de parásitos del mosquito Anopheles hembra. Minutos después de que inserte su probóscideÓrgano bucal de forma alargada, propio de algunos insectos, invertebrados marinos y otros animales, que les sirve para succionar alimentos., los organismos se liberan y viajan por la sangre del huésped hasta el hígado, donde se multiplican. De siete a diez días más tarde, entre 10.000 y 30.000 individuos vuelven al torrente sanguíneo, cada uno listo para asolar un glóbulo rojo y chupar hemoglobina para causar el nacimiento de otros 10-20 vástagos por célula. Cuarenta y ocho horas más tarde, ocurre la siguiente fase de la enfermedad: las famosas fiebres y escalofríos de la malaria. El ciclo de transmisión se sostiene cuando un nuevo mosquito muerde a una persona enferma extendiendo la enfermedad.

Algunas personas tienen mutaciones genéticas que obstaculizan la habilidad del parásito para crecer dentro de las células sanguíneas, y por esta razón no enferman, o no enferman de manera tan grave. Los niños muy jóvenes tienen más probabilidades de morir ya que no han construido aún inmunidad alguna.

Entre los métodos efectivos de prevención está el rociar con insecticida las paredes interiores y cubrir a los niños mientras duermen con redes tratadas con insecticida anti mosquitos. También se pueden usar medicinas para tratar la enfermedad. Durante muchos años, algunas medicinas anti malaria como la cloroquina eran muy efectivas, sin embargo, hoy en día, debido al exceso de uso, han perdido efectividad. Ahora se necesita una combinación de fármacos más cara, cuyo ingrediente principal es la artemisinin, un extracto de planta.

Agencias de salud internacionales lanzaron la campaña Roll Back Malaria en 1998, con la intención de reducir a la mitad las muertes por malaria para el año 2010. El progreso, sin embargo, ha sido lento. La Fundación Gates ha dado un paso adelante y ha concedido grandes sumas de dinero al Fondo Global por la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Zambia ha sido el principal foco de la ayuda de Gates. En Zambia, mueren 30.000 personas al año y el objetivo es reducir en un 75 por ciento las muertes por malaria. La fundación comprobó que el gobierno zambiano hacía lo correcto pero que carecía de fondos para llevar a cabo sus planes.

LA TECNOLOGÍA CONTRA EL PODEROSO MOSQUITO
A finales de noviembre de 2005, una compañía biotecnológica anunció que había creado una red «inteligente» contra los mosquitos, una tecnología sin cables que podría matar a los mosquitos. [intense_panel shadow=”14″ color=”#e6ffff” title=”Si te gustan las matemáticas puedes luchar contra la malaria” title_tag=”h5″ title_color=”#ffffff” title_font_color=”#bf1717″ border_top=”2px solid #670d82″ border_bottom=”2px solid #670d82″] Gracias a estudios llevados a cabo en países afectados por la malaria, los científicos han determinado que el 20 por ciento de los niños tienen un 80 por ciento de exposición a mosquitos de la malaria. Los investigadores creen que si creásemos un modelo matemático basado en estos datos podríamos controlar la mortal enfermedad.

Algunas personas son mordidas con más frecuencia que otras porque viven en lugares donde hay muchos mosquitos o porque los mosquitos las encuentran más atractivas, y aquellos que son mordidos más a menudo juegan un papel fundamental en la transmisión de la malaria, al igual que los más activos sexualmente juegan un papel muy importante en la transmisión de ITS (ETS ─ Enfermedades de transmisión sexual). En otras palabras, el mayor peso de la enfermedad es portado por una minoría de personas. (Aquellos que son inmunes pueden ser portadores.) El desafío es identificar a los que sufren picaduras con mayor frecuencia.

Se espera que centrándonos en un pequeño número de personas que son picadas más a menudo, los científicos puedan reducir el número de portadores asintomáticosEn medicina, una afección se considera asintomática si el paciente es un portador de una enfermedad o infección pero no experimenta síntomas., bajar el índice de parásitos entre los mosquitos y, finalmente, reducir la trasmisión general entre la población.
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La descripción de la máquina es como sigue: «Emite una fórmula inodora que combina dióxido de carbono, humedad, calor y un atrayente de corto rango llamado octenol, y cada imán, que funciona 24 horas al día con propano o electricidad, atrae insectos que están incluso a cien metros». (Stefanie Olsen, «Wi-Fi Mosquito Killer Coming to a Porch Near you,» CNET News.con, 21 de noviembre de 2005). Funciona como una aspiradora que deshidrata a los mosquitos y luego los mata. Los servidores de la compañía biotecnológica están programados para que reciban información sobre el estado de los mosquitos y que el equipo se apague durante las tormentas, o si el viento es lo suficientemente fuerte para alejar los mosquitos hacia otra área.

A pesar de la cantidad de tiempo y esfuerzo que se han gastado en crear esta mágica máquina contra los mosquitos, un profesor de entomología dice que lo que realmente funciona es echar aceite inocuo en los charcos para que las larvas se ahoguen. El profesor señala: «Se gana la guerra reduciendo el número de soldados» (Olsen).

Un operario fumigando con queroseno contra las larvas de mosquito.
Un operario fumigando con queroseno contra las larvas de mosquito.

Un operario fumigando con queroseno contra las larvas de mosquito. El aceite de queroseno se rociaba en los estanques y en las zanjas llenas de agua para eliminar los mosquitos portadores de malaria (PaludismoEnfermedad infecciosa que se caracteriza por ataques intermitentes de fiebre muy alta y se transmite por la picadura del mosquito anofeles hembra.). La hembra del mosquito Anopheles es la portadodor de los esporozoitos de Plasmodium. Panamá 1912

[themify_box style=”rounded light-green”] Leído en Eso no está en mi libros de ciencias de Kate Kelly – Editorial Almuzara, noviembre de 2010.

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EL ESCONDITE DE INVIERNO
Dependiendo en la zona del planeta donde vivas, es posible que cuando llegue el clima frío del invierno, desaparezcan los mosquitos como por arte de magia. ¿Dónde demonios se han escondido estos pequeños vampiros? ¿Migran todos a Florida? Esto es lo que sucede con los molestos insectos.

Al parecer, los mosquitos cuentan con dos tipos de estrategias para sobrevivir y hacer frente a temperaturas bajas. La primera no es muy recomendable, ya que muchos machos simplemente caen muertos. La razón no tiene nada que ver con el frío sino con su ciclo de vida. Después de aparearse en el otoño y vivir un promedio de 10 días, han alcanzado los límites de su utilidad y perecen antes de que llegue el frente frío.

Por su parte, las hembras entran en la diapausa, una especie de hibernación en la que encuentran un tronco hueco o una mancha en el suelo para enterrarse y ralentizar su metabolismo. No importa lo baja que sea la temperatura, pueden sobrevivir en este estado hasta seis meses. Por cierto, tampoco necesitan agua.

¿Y cómo lo consiguen? Para prepararse, las hembras aumentan de peso (hasta 10 veces su peso corporal normal) y esperan a que pase el invierno. Cuando el clima se calienta, emergen y se dirigen en busca de sangre para nutrir sus huevos. Y es ahí donde entramos nosotros los humanos.

Dicho todo esto, la llegada del invierno no siempre significa que perdamos de vista a los mosquitos. De hecho, el género Culex pipiens molestus ha evolucionado para reproducirse bajo tierra en el invierno sin necesidad de alimentarse. Hecho que ha supuesto que se infiltren en casas en los meses más fríos del año. [Mental Floss]

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